Árturo C.G "Sociedad" Bajo licencia CC BY-NC-SA 2.0 |
Primero que nada, considero que esta nota ha intentado dejar sentadas algunas reflexiones que si bien pueden tener algún aspecto que sería fructífero para el debate, algunos lineamientos generales que esboza su autor, son un poco errados, a mí modo de ver. Tuve oportunidad de leer la nota y de escuchar una entrevista radial acerca de la misma y considero que y como el propio autor ha dicho, así como sucede con algunos colegas académicos que podrían ser inconsistentes con sus argumentos o planteamientos en torno a ciertas temáticas de interés general, los argumentos de la nota planteada no se encuentran despojados de su propio sesgo o de sus propias caricaturas, de cómo el autor observa que la población académica y/o estudiantil de la Facultad de Ciencias Sociales es, según su foco. Lo cual no quiere decir que sea la verdad absoluta.
Considero que los ejemplos referidos al ámbito educativo de Estados Unidos no son extrapolables a nuestra realidad, ya que, cómo el propio autor señala, no pasan tal cual en nuestro ámbito universitario. Creo que el debate en un ámbito académico y democrático como la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República siempre existió, dado que y lo digo por experiencia propia (ya que me formé allí y también hace poco que trabajo allí) las diferentes visiones y posiciones políticas hacen a nuestra propia sociedad y el ámbito facultativo no deja de ser un reflejo de esto. Dado que es un ámbito democrático, diverso, variado, cuya estructura institucional goza de autonomía y cogobierno y vaya si han pasado conservadores por allí. Por ende, no podemos afirmar tan fehacientemente que las opiniones opuestas a las que expresan quienes adhieren políticamente a la izquierda, son "censuradas" o "bloqueadas".
El debate debe calar un poco más hondo. Tampoco estoy de acuerdo con otra afirmación del autor de que la Facultad o la Universidad en general no de una devolución de "en qué gasta la plata" o de sus producciones a la sociedad. La lucha por un presupuesto digno es merecida y justa y tiene que ver con los avances educativos y con no perder derechos. Ya que podemos ahondar un poco más en la realidad que estamos viviendo a nivel latinoamericano, donde Uruguay no se encuentra exento, en donde hay una clara arremetida de gobiernos conservadores y de derecha, que han logrado recortar presupuestos a la educación pública y a los organismos de investigación como por ejemplo el CONICET (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas) en Argentina y países donde priorizan una educación privada financiada por el ámbito empresarial de acceso privilegiado por sus altos costos como en Colombia o Chile por ejemplo.
Creo que si bien es muy válido el generar debate en torno a diferentes aspectos, no se debe perder el horizonte a la hora de afirmar que un ámbito "no da cuenta de algo", tampoco debemos olvidar que la universidad en general ha hecho grandes avances y mejoras en torno a su funcionamiento y en torno a su accesibilidad también. Una forma de dar cuenta o de devolverle a la sociedad algo de lo que ésta invierte en este ámbito, es mirar un poco cómo funciona la descentralización del ámbito educativo, donde con mucho esfuerzo se han logrado implementar Polos de Desarrollo Universitario en diferentes lugares del interior del país, respondiendo a las necesidades de cada zona.
Tampoco considero, como fue afirmado en otra instancia por el autor, que los docentes universitarios seamos unos privilegiados. Creo que la situación de trabajo de los docentes grados 1 y 2 no califica de privilegiado, tal vez los grado 5 que son dedicación total y para llegar a eso en este sistema de difícil acceso, mucha agua ha de correr. Creo que la docencia en el ámbito universitario es de las cosas gratificantes, pero también sacrificadas, para quien desea realizar una carrera académica, acumular horas sin parar, para lograr un salario medianamente digno y luego rezar para concursar por una efectividad y no tiene nada que ver con el acomodo. Tal vez el autor se olvide de debatir algo tan importante como que el propio ámbito universitario en el 2016, le hizo la vida imposible a una docente grado 2 interina que había sido madre, cuando tenía que renovar su cargo[1], cero privilegio. Entonces, apuntemos el debate a las carencias para que estas se fortalezcan en un ámbito universitario donde existe precarización laboral y explotación laboral también, esta última depende de los egos de algunos de los catedráticos con los cuales te toque trabajar, sobre todo para los que empiezan de abajo.
Por otro lado, es importante reconocerle a la Facultad de Ciencias Sociales el trabajo de militancia que ha hecho su centro de estudiantes, en donde permanentemente han logrado situar en el ámbito académico el tema de los Derechos Humanos y el Pasado Reciente, con militancia y con compromiso. Esto que ellos han logrado no se ve representando en las líneas de investigación de un Departamento de Sociología, donde falta claramente una postura comprometida en torno a esta área de investigación que no figura. Ahí tiene que estar el debate también, en el diálogo que debe haber entre la academia y otros ámbitos no académicos, donde hay equipos de investigación académica trabajando hace años en torno a esta temática específica por ejemplo.
Creo que lo que busca criticar la nota, es justamente en lo que cae, simplificando un debate, en torno a categorizar a quienes forman parte de ese ámbito en "buenos pensadores" o "malos pensadores", ni hay solamente "buenos" pensadores de izquierda, ni hay solamente "malos" pensadores de derecha. Pero se pierde un poco el eje cuando se busca ridiculizar o satirizar un debate en base a ejemplos ("de primer mundo") que no nos corresponden a nosotros, ni al ámbito académico donde estamos inmersos.
[1] https://ladiaria.com.uy/articulo/2016/6/parto-universitario/