Grecia: otra solución era posible

Invertir supone asumir riesgos. El más evidente es que la actividad en la que se invirtió fracase y el inversor pierda parte de su capital inicial. Los títulos de deuda que emiten los países no escapan a esto; también son riesgosos. Es decir, existe cierta probabilidad (muy difícil de calcular) de que el estado deba declararse insolvente (en default ) y los tenedores de su deuda pierdan parte de su inversión. Debido a la existencia de esa probabilidad de insolvencia es esperable que cada cierto tiempo algún país se declare insolvente. Un repaso a los últimos doscientos años de historia nos muestra que eso es lo que efectivamente ha ocurrido. La siguiente tabla contiene la cantidad de episodios de default para el período 1800-2008 en países de Europa y América Latina. Al considerar conjuntamente todos los episodios de insolvencia obtenemos un promedio cercano a 1 por año. Es decir, en los últ...