Un fantasma recorre el mundo, y ya se ha dejado ver en nuestro país: el fantasma de jóvenes que ni estudian ni trabajan (“ni – ni”). Los abordajes más osados los consideran parte de una generación [1]. Otros ven diferentes manifestaciones del fenómeno a nivel internacional, constatando la incidencia diferencial de los ni – ni en diferentes partes del mundo [2]. En Uruguay, en base a la Encuesta Continua de Hogares (ECH) del INE, se distinguen tres grupos de “ni – ni”: los que no tienen, pero buscan empleo, y no estudian; los que realizan trabajos en el hogar (cuidan hermanos, abuelos o hijos) pero no tienen un trabajo remunerado y no estudian; y los que ni buscan trabajo, ni realizan cuidados en el hogar y no estudian [3]. Tan importante es para el presente gobierno la reducción de la cantidad de “ni-ni”, que ya forma parte de los objetivos estratégicos del Programa “Compromiso Educativo” de 2011, que motivó al Ejecutivo a presentar cuatro planes dentro de lo que se ...