Segregación escolar y la teoría del contacto
Hace algunas semanas, se difundieron en Twitter fotos de familias haciendo largas filas en ciertas escuelas públicas de barrios privilegiados de Montevideo [1] , en espera de conseguir un cupo para sus hijos. Este episodio resucitó un debate [2] presente en todas las latitudes [3] . Por un lado, están aquellos satisfechos de que sigan existiendo padres que deciden mandar a sus hijos a escuelas públicas, aun teniendo la capacidad de pagar una privada (a quienes Álvarez-Rivadulla y otros (2020) llaman “militantes” de la educación pública). Tal decisión hablaría de la fortaleza del sistema público uruguayo, con esa reputación histórica de la escuela laica, gratuita y obligatoria, que reunía al hijo del doctor con el del obrero. La escuela pública (o el uso de servicios públicos más generalmente) tiene la virtud de fomentar la inclusión social. Cuando el hijo del doctor y el hijo del obrero comparten el aula, se pueden generar varias externalidades positivas. En lo que sigue, me...