Cartografías de la protesta estudiantil en montevideo
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Hoy, 14 de agosto, se conmemora otro aniversario de la muerte de Líber Arce en 1968, tras recibir un disparo de un policía en una movilización estudiantil en reclamo por el boleto estudiantil y el presupuesto universitario. Hoy nuevamente, como lo vienen haciendo todos los años desde la redemocratización, el movimiento estudiantil uruguayo se dará cita en la explanada de la Universidad para volver a marchar.
Hace un año reflexionamos en este mismo espacio, a raíz de una investigación que entonces iniciábamos, sobre el vínculo entre el movimiento estudiantil de hoy, del pasado, y la dimensión espacio-territorial de la protesta. Dicho proyecto, impulsado desde el Archivo General de la Universidad, buscó dar continuidad a una línea de investigación de más largo aliento, en el marco de una convocatoria de la Intendencia que promovía reflexiones en torno a la ciudad de Montevideo. Aquí se pueden acceder a trabajos sobre otros colectivos, como el movimiento obrero, feminismo, movimiento afro y de la diversidad, y su vínculo con la ciudad. ¿Qué significa hoy para los estudiantes la ciudad? ¿Qué carga simbólica se le confiere a los espacios públicos? ¿Qué lugares de la memoria identifican? ¿Por qué se siguen concentrando en algunos lugares y no en otros? ¿Qué recorridos y lugares nuevos van surgiendo?
Para responder estas preguntas, nos propusimos confeccionar una serie de cartografías de la protesta estudiantil, rastreando evoluciones y permanencias a lo largo de varias décadas, incorporando a los cuatro ciclos de protesta ya estudiados (1958, 1968, 1983, 1996), el ciclo de protesta de 2022. Por un lado, se amplió la base de eventos de protesta que teníamos, a partir de material de prensa. Por otro lado, se elaboraron “mapas subjetivos”, participativos y colectivos, a partir de una serie de talleres de cine-foros desarrollados con protagonistas del movimiento estudiantil actual, apuntando a una reflexión colaborativa sobre las dinámicas de la protesta en la ciudad. Finalmente, se elaboró una segunda base de datos de eventos de protesta, esta vez alimentada de las redes sociales, para dar cuenta de otras facetas de la protesta no reseñadas en la prensa, a partir de la propia voz de los estudiantes.
En esta nueva fecha de conmemoración del día de los Mártires Estudiantiles, compartiremos algunos resultados de aquella investigación.
Espacios vividos, espacios imaginados
A partir de una sistematización del semanario Búsqueda para los años 2021-2023, identificamos un total de 51 eventos de protesta y pudimos caracterizarlos a partir de un conjunto de variables, incluyendo demandas, actores, tácticas, organizaciones presentes, lugar de la protesta, entre otras.
Este ciclo de protesta estudiantil, que irrumpió en un contexto post-pandémico y en reacción a una serie de medidas impulsadas por el gobierno de Lacalle Pou, se caracterizó, al igual que los otros ciclos, por una centralidad capitalina, consecuencia tanto de la concentración de la educación terciaria en Montevideo como también probablemente por el sesgo de la prensa nacional. Asimismo, al igual que en otros ciclos, es destacable el protagonismo —o visibilidad— de los estudiantes universitarios, bajo el impulso decisivo de la FEUU. Contrariamente a otros ciclos, sin embargo, es importante la proporción de eventos que involucraron a otros actores más allá de los estudiantes: solamente el 41% de los eventos fueron exclusivamente estudiantiles. La presencia o ausencia de alianzas con otros sectores se manifiesta claramente en el despliegue territorial de la protesta. Así, acciones como las que fueron impulsadas por la Intersocial —donde la FEUU actuó mancomunadamente con el PIT-CNT y Fucvam— se tradujeron en una gravitación importante en el espacio público, en particular en torno al Palacio Legislativo, con protestas orientadas a la política del gobierno, por ejemplo, contra la LUC y la reforma jubilatoria. Cuando los estudiantes protestaron solos (o conjuntamente con padres o docentes), en cambio, lo hicieron sobre todo mediante ocupaciones o declaraciones, para expresar reclamos vinculados al ámbito educativo, tales como reformas o cuestiones edilicias. Un claro ejemplo fue el sonado caso del IAVA y el conflicto por el salón gremial. Aparecieron también reivindicaciones nuevas, algunas muy vinculadas a las consecuencias de la pandemia, como el regreso a las clases presenciales en educación terciaria y problemas de salud mental, lo mismo que otras vinculadas a nuevas demandas del movimiento, como ser reclamos relacionados con denuncias por acoso y la criminalización de la protesta. La base da cuenta, por otro lado, de un bajo nivel de violencia (en comparación con otros ciclos) y una creciente judicialización de los reclamos, como consecuencia de la emergencia de nuevos espacios para ejercer los reclamos.
Durante la confección de las cartografías subjetivas, los estudiantes coincidieron en remarcar la centralización de la protesta, ubicada en zonas céntricas y que han llevado, a su vez, a una cierta rutinización que la han vuelto, desde su propia lectura, predecible y poco disruptiva. En este sentido marcaron lugares “obligados” a la hora de pensar en la protesta y la movilización estudiantil, vinculados con recorridos históricos ya emblemáticos (como ser la marcha del Filtro, la marcha del silencio, y el 14 de agosto). Esto se ubicó en marcado contraste con ejemplos de movimientos estudiantiles de otras latitudes —como el movimiento estudiantil chileno u Occupy Wall Street — y de otros momentos históricos, que se describen como mucho más irreverentes, disruptivos y eficaces. Este es el momento de los “mico-problemas” o “micro-resistencias”, consideraron en algunos de los grupos, no obstante lo cual aprovecharon el espacio del taller para pensar en formas más innovadoras y novedosas de participación, en otros lugares y recorridos posibles. En este sentido un estudiante reflexionó: “Nosotros nos regalamos con eso…hay que pensar en ramificar, en romper la estructura de las marchas (...) para mí es como que hay que cambiar la estructura de cómo hacemos las cosas tomando como referencia que el imprevisto es difícil de controlar”. Otro grupo de estudiantes se atrevió a concebir una protesta en el Shopping Punta Carretas: “Imaginate una marcha de 500 personas por la memoria, voy a entrar a Punta Carretas, al shopping…” / “no podes, es un lugar privado” / “después está el factor miedo, la criminalización de la protesta, no conocemos la legislación dentro de un shopping” / “acá el milico no te pega, te dice el artículo 425 de la LUC dice que no podemos entrar…”/ “Hay que pensar, qué haría un argentino en esa situación”/ “Nosotros somos orgullosamente gris hormigón”.
Espacios digitales, espacios callejeros
Para analizar la movilización estudiantil de 2022 se realizó el seguimiento a través de las publicaciones de las cuentas oficiales de la FEUU y de gremios estudiantiles de educación secundaria en Instagram, identificandose 164 eventos para ese año. La información relevada difiere de la sistematizada a partir de la prensa al darnos acceso directo a la voz estudiantil, consignando un amplio repertorio de acciones con escaso interés mediático, tales como asambleas, cocinadas o manifestaciones artísticas. De este modo, la cartografía obtenida a partir de estas fuentes digitales revela una voluntad de expandir las movilizaciones más allá del centro, con fenómenos tales como los feriazos (recorridos por ferias vecinales) organizados en barrios periféricos como, por ejemplo, Piedras Blancas, Sayago o La Teja. Sin embargo, el mapeo a partir de las redes confirma la prevalencia de la protesta capitalina, resaltando a priori la Aguada (intermediaciones del Palacio Legislativo), Ciudad Vieja, Cordón y el Centro como los barrios de Montevideo en los que la movilización estudiantil se despliega. Del total de eventos presenciales registrados para el 2022, el 62% se realizaron en el centro de la ciudad. Según las redes de los gremios estudiantiles, son los edificios educativos (43%), el Palacio Legislativo (11%), la explanada de la Udelar (9%) y las plazas (9%) los principales espacios de encuentro y movilización para los estudiantes.
Ante la emergencia sanitaria, la movilidad de los individuos se vio fuertemente restringida, limitando de paso el uso del espacio público como escenario de protesta. En este contexto, las redes sociales destacaron como plataforma fértil para la difusión y acción política, incorporándose con mayor protagonismo al repertorio de formas de protesta y como espacios de comunicación política. La pandemia no hizo más que acelerar un proceso de mayor protagonismo de los espacios virtuales como escenario para propagar demandas.
Al realizar sus cartografías los estudiantes resaltaron la mediatización de los vínculos interpersonales (y de la protesta) a través de la tecnología: “ahora es todo instantáneo y expresaron escepticismo sobre la posibilidad real de ampliación de las audiencias a través de las redes. Los estudiantes sin embargo señalaron una paradoja: mientras las redes permiten alcanzar una muy amplia audiencia, tienden a limitar los contactos con personas ajenas al movimiento estudiantil y también impactan negativamente sobre el compromiso. “La instantaneidad nos ha matado la movilización…hay que pensar cómo revalorizar el espacio de las calles como parte de la movilización ... .cuando es todo trending de twitter”.
Borges en su brevísimo cuento “Del Rigor en la Ciencia” nos previene acerca de la ilusión de intentar capturar en un mapa toda la riqueza del territorio. Por supuesto que no pretendemos con estas cartografías agotar las múltiples miradas posibles sobre la dimensión espacio-territorial de la protesta estudiantil. Pero esperamos que estas cartografías sean insumos útiles para seguir reflexionando sobre las múltiples dimensiones de la espacialidad de la protesta estudiantil, no solo del pasado, sino también del presente y del futuro.
Bibliografía
González Vaillant, G., & Markarian, V. (Coords.). (2021). El río y las olas. Ciclos de protesta estudiantil en Uruguay (1958, 1968, 1983, 1996). Universidad de la República.
Borges, Jorge Luis (1960). El hacedor. Buenos Aires: Emecé Editores.
Notas: Esta entrada es una síntesis colectiva del equipo de investigación. Una primera versión fue publicada en la página del AGU.
Proyecto titulado “Hacia una cartografía del movimiento estudiantil en la ciudad de Montevideo: lugares, identidades y territorios”, integrado por Camille Gapenne; Valentina García; Gabriela González Vaillant, Vania Markarian; Noelia Torres; Paolo Venosa, coordinado por González Vaillant y Markarian. Convocatoria a Proyectos IM-Udelar, "Ing. Oscar Maggiolo", 2023.
Aquí pueden consultarse las cartografías elaboradas a partir de prensa y redes. Las imágenes que siguen a continuación son ejemplos de las cartografías realizadas por los propios estudiantes.

Tomado de Razones y Personas. Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución 3.0 No portada.