Los archivos sobre el pasado reciente: fetichismo y competencia en torno al uso y acceso a la documentación

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Hace un año que trabajo en un archivo, el archivo del Centro de Estudios Interdisciplinarios Uruguayos ubicado en la Facultad de Humanidades, que no es cualquier archivo, si no que es un archivo que posee documentación relacionada a la historia reciente del Uruguay, sobre partidos y organizaciones políticas; organismos de derechos humanos; sindicatos; el exilio; esto lo podemos encontrar en soporte fotográfico, así como también sonoro y audiovisual, además de la documentación en papel. Aquí he colaborado en la reorganización del archivo, en pos de facilitar su acceso.
A su vez, hace un año participo del equipo interdisciplinario que ha venido llevando a cabo la investigación sobre “Archivos y derechos humanos” cuyo objetivo fue recopilar y difundir información sistematizada sobre los archivos y repositorios documentales referidos al pasado reciente. Así como también, mejorar las prácticas de acceso público y uso responsable de dicha documentación promoviendo iniciativas para la aplicación de las leyes existentes. Para esto último convocamos a personas que trabajan en esos repositorios, así como a usuarios y otros especialistas, mediante talleres para compartir información y plantear alternativas a futuro[1].

A hora bien, este trabajo se entrecruza con mi otra función, la cual está relacionada con que integro el equipo interdisciplinario que lleva a cabo la investigación histórica sobre asesinados políticos y detenidos-desaparecidos en la Secretaría de Derechos Humanos para el Pasado Reciente.

Claramente el uso de los archivos es transversal a estas ocupaciones, pero no se restringe únicamente a estos ámbitos, para quienes investigamos el pasado reciente, la documentación de la época es fundamental para poder analizar, entender y reconstruir este período.

No solamente algunos historiadores, cuyo fetichismo exacerbado a veces por la documentación supera las propias ganas de investigar, ni únicamente algunos archivólogos quienes piensan que son los únicos capacitados para determinar el acceso y uso de la documentación, deberían ser los únicos/únicas que monopolicen este tipo de funciones ni en el ámbito investigativo, ni en el ámbito práctico (la de determinar el acceso y uso de la documentación).

Es decir y aquí me surgen dos tipos de reflexiones diferentes en torno a una misma problemática, el uso y acceso de documentación acerca del pasado reciente uruguayo y el considerar la interdisciplinariedad para el abordaje de estos documentos.

Voy a empezar desordenadamente, con respecto a la interdisciplinariedad para el abordaje de los archivos, me refiero a que el ámbito académico se vería enriquecido por abrirse a las diferentes posturas con respecto a los usos, enfoques, análisis y al tratamiento de la documentación en las investigaciones acerca del pasado reciente uruguayo. En la academia uruguaya, quienes han podido integrar de forma pionera el uso de los archivos como fuente de investigación han sido mayoritariamente los historiadores, aunque no serian los únicos.

Considero que debe haber una mayor apertura hacia todas las ciencias sociales y humanas (sociología, antropología, etc) para el intercambio y el enriquecimiento de las investigaciones, en torno al tratamiento y abordaje de la documentación. Pero esto solo se lograría si dentro del ámbito académico se generara un genuino intercambio y diálogo entre los diferentes conglomerados de intelectuales u profesionales que trabajan acerca de este período. Es decir, que para conocer avances en torno a la apertura de archivos o al uso de determinados archivos o a la realización de investigaciones, debe producirse un dialogo entre la academia y otros ámbitos que tal vez no son propiamente académicos, aunque no dejan de producir conocimiento que es académico.

Este año la prensa comunicó que un equipo de personas de la Secretaría de Derechos Humanos para el Pasado Reciente, estaba trabajando en dependencias de la Armada Nacional, específicamente en Fusileros Navales (Fusna), en busca de archivos de Inteligencia de la época de la dictadura. Esto simplemente salió en la prensa, pero no fue objeto de debate en el ámbito académico, más bien diría que no se le dio pelota.

Entonces ¿cómo podemos, mirar más allá de las competencias y en vez de estar divididos frente a la tarea investigativa con respecto a este tema, aunar esfuerzos e intercambiar posturas que ayuden a enriquecer el campo y a intercambiar recursos?. Tal vez, sea una pregunta un poco utópica para el ámbito académico uruguayo.
Esto en mi perspectiva, está relacionado con el otro punto que planteé más arriba, el uso y acceso de la documentación acerca del pasado reciente uruguayo, este aspecto más que problemático, dado que estamos a un poco más de 40 años del período que se intenta esclarecer y luego de haber pasado por ya casi tres gobiernos de izquierda, el acceso a la documentación no debería ser un problema, pero lo es.

Considerando que hay diferentes niveles de usuarios, voy a enfocarme en los investigadores, ya que este es el ámbito que me compete. Aquí el tema del acceso depende de muchos factores, entre ellos, uno de los factores más importante son las propias trabas burocráticas de las Instituciones que poseen estos archivos, dado que no siempre el personal a cargo es el idóneo para esta tarea, depende de la voluntad de quienes poseen la documentación el habilitar su acceso o no. Lo que muchas veces determina que cada institución hace "su manejo" y empleo de las leyes vigentes en torno al acceso a la información (Ley 18.381) como les parece y a veces sin mucho criterio.


Muchas veces los archivólogos no son los más idóneos para definir y determinar el acceso a determinada documentación, dado que por más que posean un conocimiento técnico acerca de cómo debe estar organizada la documentación o cómo esta debe ser preservada o tratada, deberían apoyar su trabajo en equipos interdisciplinarios, donde varios saberes y experiencias dialoguen en torno a cuáles son las mejores opciones para el acceso y uso de este material. Dado que, en algunos casos estos especialistas pueden poseer un conocimiento específico acerca del documento, que no necesariamente va acorde con su experiencia con respecto al uso y abordaje de los documentos, si no que a veces carecen de esta.

Por otro lado, el uso que se le da a los archivos, no lo pueden determinar ni imponer, los archivólogos, ni aquellos funcionarios que estén a cargo de la atención al público en las instituciones que posean estos archivos. Si no que, el uso de estos archivos depende de una ética del investigador, ya que no somos periodistas, somos investigadores, por ende los criterios de abordaje de dichos documentos son distintos. Pero el acceso no puede estar supeditado al uso, el acceso debe ser abierto y los investigadores deben tomar las precauciones necesarias para no exponer a las víctimas, ni revictimizarlas, pero los documentos deben poder ser accesibles y utilizables.

Para poder dialogar y reflexionar acerca de lo expuesto aquí y acerca de otros tantos aspectos más, se realizará este viernes 4 de noviembre el Seminario Archivos y derechos humanos: Aportes para las buenas prácticas[2], en la Sala Maggiolo a partir de las 14.00 hrs. Todos aquellos que quieran aportar e intercambiar experiencias, así como aunar esfuerzos en este camino, están más que invitados para abrir la cancha a que las cosas se puedan hacer diferente.


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