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La causa Cóndor es realmente innovadora. Por primera vez un tribunal nacional aborda a los crímenes cometidos por el Plan Cóndor en todo su alcance geográfico. Nunca antes, además, se había utilizado la figura de “asociación ilícita” para juzgar la coordinación internacional establecida entre las dictaduras para cometer violaciones de derechos humanos. Finalmente, es la primera vez que, en Argentina, un extranjero se encuentre imputado y que la gran mayoría de las víctimas son extranjeros: de las 106 víctimas, 48 son uruguayos y 22 chilenos; hay también paraguayos, bolivianos y argentinos.
El Plan Cóndor fue una red secreta de
inteligencia y contrainsurgencia instituida por las dictaduras de
Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay en los años
1970. Cóndor tuvo su origen en cooperación informal bilateral entre
las fuerzas armadas y de seguridad de Argentina, Paraguay, Chile y
Uruguay, ya desde 1972, como relató Carlos Osorio en su testimonio.1
Más tarde, su creación se formalizó en una reunión de las fuerzas
de seguridad en Santiago de Chile a finales de noviembre de 1975.
Entre 1975 y 1981, el Plan Cóndor desapareció, torturó y asesinó
cientos de líderes políticos, refugiados, exiliados y militantes,
estableciendo un área de terror e impunidad sin fronteras en
Sudamérica.
Los orígenes
La causa Cóndor se inició en 1999 a
partir de denuncias interpuestas por familiares de extranjeros
desaparecidos en Argentina y de argentinos desaparecidos en el
exterior. Con el paso del tiempo, muchas otras denuncias se sumaron a
la querella original. Cuando se presentó esa primera querella, aún
seguían vigentes en Argentina las leyes de Punto Final y Obediencia
Debida. Por lo tanto, se imputaron principalmente a los altos mandos
argentinos –quienes no se podían beneficiar de la cláusula de
obediencia debida otorgada a los oficiales inferiores- y a sus
contrapartes extranjeras. Asimismo, la imputación de privación
ilegal de la libertad permitía considerar a la desaparición forzada
como crimen permanente y poder avanzar con las investigaciones a
pesar de las amnistías.
El juicio
Debido a la complejidad del juicio en
cuanto a la cantidad de países, victimas e imputados, la fase de
recepción de prueba se organizó por binomios de países, empezando
por Argentina-Uruguay, hasta abordar todos los países de Cóndor. El
juicio se encuentra ahora (mayo de 2015) en su tramo final, a punto
de empezar con la etapa de alegatos. El tribunal, compuesto por los
jueces Adrián Federico Grunberg, Oscar Ricardo Amirante y Pablo
Laufer, y Ricardo Ángel Basilico como juez suplente, recibió
centenares de testimonios de sobrevivientes, familiares, peritos y
expertos. Escuchar a los testimonios es una experiencia realmente
conmovedora, al mismo tiempo que se hace fundamental en la
reconstrucción del rompecabezas del Plan Cóndor.
En los relatos, se encuentran rastros y
elementos que demuestran cómo se desarrollaba la coordinación
represiva y su actuación en esos años. Por ejemplo, el hermano de
un ex militante Tupamaros, desaparecido en Buenos Aires en 1978,
recordó como él le comentaba que “se tenía que cuidar tanto de
la policía argentina, como de las fuerzas armadas uruguayas,”2
como había visto varios de sus integrantes por las calles de la
ciudad. En otro caso, un joven uruguayo que fue secuestrado junto con
su padre en 1976 en Buenos Aires detalló como un grupo tarea de 10
personas vestidas de civiles y con armas rompieron la puerta de su
casa “con fuerza salvaje”. En ese grupo, había también un
uruguayo que en ese momento no pudo reconocer, pero que luego pudo
identificar como José Nino Gavazzo. Le ofrecieron un cigarrillo
Nevada y este hecho le llamó mucho la atención, “porque esa era
una marca uruguaya y en Argentina no había ese cigarrillo”.3
Después de su liberación, su padre le dijo que había reconocido
varios oficiales uruguayos en Automotores Orletti, como Campos
Hermida, Cordero y Gilberto Vázquez, además de Gavazzo. En otro
testimonio, la hermana de un militante chileno del MIR desaparecido
en 1976 en Buenos Aires relata como ella misma fue secuestrada y
torturada en el ex centro clandestino de detención Club Atlético en
1977, en el barrio de San Telmo. Al llegar allí, se dio cuenta que
había muchos chilenos que la esperaban. Les preguntó: “¿Porque
están ustedes aquí?” Y le contestaron: “Porque Pinochet así lo
quiere”. Durante los interrogatorios, les demandaban por su hermano
aunque ya parecían conocer las respuestas a las preguntas: “¿Tu
hermano era del MIR?” y ella le contestó que sí, que era del MIR,
al cual le dicen, “no eres mentirosa”. Ella preguntó si ellos
tenían a su hermano y le dicen: “Ya no lo tenemos. Se lo llevaron
a Chile porque allí tenía muchas cuentas por pagar”.4
La importancia de la causa
A pesar de que la sentencia no se
conocerá por algunos meses más, se pueden intentar algunas
evaluaciones preliminares. En primer lugar, junto con la causa por el
plan sistemático de robo de bebes, Cóndor jugó un papel clave en
socavar la estructura de impunidad en Argentina. Con esas dos causas,
la impunidad comenzó a ser quebrada y, finalmente, las amnistías y
los indultos fueron anulados. Esto permitió que se reanudaran los
juicios. En segundo lugar, el juicio es realmente sin precedentes por
su intento de capturar la complejidad de la represión en Sudamérica;
abarca a víctimas argentinas como extranjeras, se investigan a
perpetradores argentinos y sus contrapartes extranjeros, y todos los
crímenes investigados “cruzan las fronteras,” por involucrar
siempre más de un país. Es la primera vez que un tribunal sondea la
red transnacional de terror en su totalidad y como se implementó la
represión transfronteriza en la región, enfocándose hacia el Plan
Cóndor y crímenes en los seis países. Finalmente, activistas y
abogados abrigan también la esperanza que el juicio pueda tener un
impacto en los países cercanos, sobre todo en aquellos que se han
quedado atrás en aclarar e investigar violaciones de derechos
humanos del pasado reciente.
La conexión con Uruguay
Hablar de Plan Cóndor es hablar de
Uruguay. La vinculación es contundente e indudable: hubo secuestros
de uruguayos en prácticamente todos los países de Cóndor. La
última actualización de la Investigación Histórica sobre
Detenidos Desaparecidos de 2015, que identifica a 192 desaparecidos,
lo demuestra: 41 desaparecieron en Uruguay, 137 en Argentina, 9 en
Chile, 1 en Bolivia, 1 en Colombia y 3 en Paraguay. Las garras del
Cóndor alcanzaron a los uruguayos a lo largo y ancho de Sudamérica.
Cabe señalar para finalizar que la
causa Cóndor arrancó en Argentina pocos días después de que la
Suprema Corte de Justicia de Uruguay dictara en febrero de 2013 una
sentencia muy controvertida y criticada nacional e
internacionalmente.5
Dicha sentencia consideró que los crímenes de la dictadura no
constituían crímenes de lesa humanidad, sino delitos comunes, y que
podrían estar sujetos a la prescripción. En este contexto, un
veredicto condenatorio en la causa Cóndor, donde muchas víctimas
son uruguayos y además hay un uruguayo imputado, puede convertirse
en una herramienta importante para los activistas locales, para
ejercer presión sobre el poder judicial y el gobierno para avanzar
en la investigación del pasado reciente y salir de la situación de
semi-parálisis en la que se encuentran las causas en Uruguay.
2Audiencia,
20 de septiembre de 2013.
3Audiencia,
27 de septiembre de 2013.
4Audiencia,
25 de marzo de 2014.
5http://www.wola.org/es/comentario/reciente_sentencia_de_la_suprema_corte_uruguaya_obstruye_la_busqueda_de_verdad_y_justicia