jueves, 11 de agosto de 2016

Fútbol y academia: la calidad pasa por la cintura


Campus de los Catalanes” por Nacho, bajo licencia CC BY 2.0.

Si alguien te preguntara ¿cómo te parece que están gerenciados los equipos de fútbol en Uruguay? Cuál sería tu respuesta? La mía es muy mal. ¿Por qué? Porque es evidente que la calidad de la liga local es cada vez más baja. Enfrentados a la competencia internacional, los equipos uruguayos muestran cada vez peores resultados. Dicho resultado podría estar motivado por el empeoramiento de los recursos. Por ejemplo, Hungría solía ser una potencia en el mundo del fútbol a mediados del siglo XX y hoy inexplicablemente no figura. Tampoco hay jugadores húngaros famosos en la actualidad. El caso húngaro me resulta un misterio pero claramente ellos han perdido talento con el tiempo y eso explica que los equipos húngaros no se destaquen. En Uruguay el problema no es ese: jugadores uruguayos mejoran la calidad de equipos en el mundo entero, incluso al más alto nivel y la selección compite con las mejores. El problema es que, a pesar de que un jugador uruguayo puede llegar a valer mucho, ese valor no es apropiado por los clubes locales como para reforzarse. El problema es entonces de gerenciamiento.

Tal vez el ciudadano que no está directamente vinculado con el mundo científico no lo sepa, pero el éxodo de talentosos baluartes no ocurre solamente en el ámbito deportivo. El fútbol lo hace evidente porque todos vemos a Suárez jugar en el Barcelona, nos llegan noticias de cómo clubes importantes pelean por Cavani en cada período de pases y  es fácil comparar eso con lo que podemos ver en las canchas locales los fines de semana. Pero aunque no se vea, en el ámbito académico es posible encontrar profesores uruguayos investigando y dando clases en las mejores universidades de EEUU y Europa. Pero es raro ver algún Suárez trabajando en las universidades uruguayas.

En el fútbol, al menos, existen las selecciones nacionales que permiten a los jugadores jugar para el público local de vez en cuando y nos acerca cada tanto a esos talentos. Además, jugadores de renombre a punto de retirarse regalan algunas moñas a la afición local. En el mundo científico eso casi no pasa. Algunos de estos profesores se arriman cada tanto al paisito para dar algún curso, pero la vida útil del académico es muy larga y para cuando el profesor “ya está del otro lado” (en dinero o gloria), el tipo ya es más extranjero que uruguayo. No es la norma ver profesores uruguayos que se destacaron en el mundo volviendo a Uruguay algunos de sus últimos años. Lo que sí hay son algunos pocos profesores que resignaron mucho dinero y prestigio académico para poder hacer su vida en Uruguay. Lamentablemente, como se desprende de cualquier indicador de calidad académica, no son suficientes.

Mi argumento entonces es que, así como en el fútbol, Uruguay tiene mucho talento, pero una vez que el estudiante se forma en el exterior (excede este post explorar porqué tienen que formarse afuera del país), no lo está pudiendo atraer para que juegue acá en plenitud. Se me ocurren dos razones por las que volver a Uruguay puede no ser atractivo para estos talentosos. Una, que ganan menos (mucha menos) plata en Uruguay. Lo que puede ganar un recién doctorado en algunas plazas locales como Chile, multiplica por tres lo que puede ganar en la UdelaR y si este joven logra insertarse en EEUU, su salario es ampliamente mayor. La otra razón es el menor desarrollo de la comunidad académica uruguaya. Incluso a igualdad de sueldo, ¿se imaginan a Suárez jugando en Nacional? y contra Rampla?!

La UdelaR tiene que buscar formas de atraer mejores profesores y para ello parece imprescindible mejorar los sueldos que los potenciales docentes pueden percibir. Esto (y una larga lista de otras cosas) legitima la actual lucha por mayor presupuesto que libra actualmente el sector de la educación pública. Pero la UdelaR tiene además que dotar a los diferentes departamentos de mucha más autonomía para que cada uno desarrolle el tipo de políticas de atracción de jóvenes talentos que más se adecúe a las especificidades de las diferentes áreas académicas. Para el departamento de Ciencias Farmacéuticas tal vez la forma de obtener recursos para mejorar sueldos y a la vez crear un ambiente académico estimulante puede pasar por hacer convenios con el sector privado. Para el departamento de Administración capaz que pasa más por organizar cursos intensivos o escuelas de verano que son muy valorados por el mercado de los que se pueda obtener una matrícula. Algunas iniciativas de este tipo existen hoy pero para lograr el objetivo se deben multiplicar mucho más y para esto la flexibilidad en la toma de decisiones es fundamental. Hay entonces un problema de presupuesto, pero también otro de gestión.

La falta de flexibilidad para las contrataciones hace que, incluso con los recursos existentes el potencial de reclutamiento de la UdelaR se vea reducido fuertemente. Por ejemplo, un doctorado joven tiene la potencialidad de ganar en la UdelaR un salario que no está tan lejos de lo que ganaría en muchos países de Europa (digamos algo así como el 60% ajustando por costo de vida y si consigue un grado 3, una dedicación total y la compensación base de la ANII). Ahora, los llamados a docentes grado 3 se abren sin las compensaciones extra y muchas veces para una cantidad de horas menores a 8 por día. De esta manera, si algún doctorando joven preguntara cuánto puede ganar si accede a ese puesto, la respuesta es cerca de la mitad del monto anterior. Estas comparaciones ayudan a entender porqué la gran parte de los docentes de la UdelaR son uruguayos: sólo gente que valora mucho vivir en Uruguay y que sabe que en el mediano plazo puede lograr compensaciones encima del salario base, accede a trabajar allí. Con una política que garantice el salario total potencial hasta que el docente adquiera por sí mismo los beneficios extra, se podría ampliar el espectro de gente que la universidad puede contratar y por lo tanto mejorar la selección.

El mundo está lleno de ejemplos de centros de estudios que logran exitosamente hacerse de recursos para lograr planteles docentes competitivos. Creo que muchas de las experiencias que se ven son compatibles con la gratuidad en la enseñanza. Sea cual sea la solución, este problema hay que enfrentarlo porque los uruguayos tenemos derecho a estar educados y quienes están encargados de impartir esa educación tienen la responsabilidad de lograr la mejor calidad posible. Cuando los recursos son escasos hay que apelar a la imaginación, a la gambeta.

7 comentarios:

  1. Hola Guzmán, espero que andes bien.
    Interesantísimo el post, rasca donde pica. Sin embargo, quería comentarte un par de cosas a modo de pregunta: La primera, las posibilidades de inserción, o de re-inserción para los jóvenes científicos, debe circunscribirse solo a la academia? Y en esa misma línea: no le exigimos demasiado a la UdelaR?

    Tu post se centra en lo que sucede en la Universidad de la Republica. Esta Universidad concentra un altísimo porcentaje de los investigadores y de la inversión en I+D en el Uruguay, por ello no debe ser obviada y debe ser el centro del análisis de casi todo lo que suceda en el ámbito académico nacional. Me pregunto: no pasa un poco por ahí el problema? Para seguir con la analogía: no creo que mejorando solo Peñarol (o Nacional para no herir susceptibilidades) pueda mejorar la toda Liga.

    Creo que faltan algunos clubes. El rol del sector productivo investigando es crucial en cualquier experiencia de desarrollo científico-tecnológico. En Uruguay, su gasto representa poco más del 10% del total del gasto en I+D. En Estados Unidos, esa cifra se eleva a más del 60%, por poner un ejemplo. En Uruguay, este club esta tan desafiliado de la investigación y desarrollo como Huracán Buceo de la AUF.

    Pero han surgido algunos clubes nuevos. El Instituto Pasteur de Montevideo ha logrado repatriar a un Suárez de las ciencias naturales, como José Badano. También han venido investigadores internacionales a establecerse con su propio laboratorio, radicándose y mejorando el sistema. En el Pasteur, al menos, algunas puntas de cómo cambiar la situación que muy bien describís pueden rastrearse. Más cercano a las ciencias sociales, creo que también en los últimos años han surgido grupos de investigación muy interesantes en distintas Universidades privadas. De todas maneras, insisto, nos falta un jugador clave en todo esto: un país con un sector productivo que investiga (y por ende arriesga) extremadamente poco.

    Hasta donde puede un solo actor mejorar al sistema académico uruguayo? No quiero que suene a excusa, la UdelaR debe y tiene que mejorar en muchas cosas. Pero para mejorar la liga, creo que nos falta una mejor UdelaR pero sobre todo, más Defensores y Danubios.

    Cordial saludo y espero que sirva de intercambio

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    1. Hola Marcos! Muy bueno el comentario. Creo que tenés razón cuando señalás que dentro del ambiente científico uruguayo la UdelaR es uno de los agentes que más fuerte suma. Sin duda, para dinamizar la ciencia uruguaya, el resto de los actores tienen que crecer. También tenés razón en que el Pasteur es un buen ejemplo de institución que atrae científicos muy buenos.
      El objetivo del post no es cargarle a la UdelaR la responsabilidad del avance científico uruguayo, la intensión es simplemente señalar que algunas cosas se podrían hacer mejor dentro de la universidad.
      Abrazo!

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  2. Creo que el problema lamentablemente no está asociado a reglas o instituciones, sino a la forma de administración y lógica de RRHH de la UdelaR. Departamentos con más autonomía en la UdelaR tendrían las mismas lógicas de reclutamiento que tienen en la actualidad y seguirán reproduciendo los mismos patrones. El problema ni siquiera son los salarios, sino que directamente no hay, al menos en los casos que conozco, llamados con cargas horarias que signifiquen o aseguren una contratación como investigador jornada completa. Y los departamentos son los que suelen definir los llamados que se hacen. La demostración de esto es lo que sucedió con las becas de retorno de CSIC. Existía una política que ayudaba financieramente a los departamentos a contratar gente que quisiera retornar al país luego de sus doctorados. El problema es que luego de dos años los departamentos tenían que cubrir las horas base (30 hs de las 40) que cubría la CSIC durante los primeros dos años. Ese programa lo eliminaron porque no había nadie que lo pudiera usar porque los departamentos no lograban comprometerse a hacerse cargo de la parte del salario luego de los dos años. En consecuencia, esas becas solo las podían usar personas que se habían ido a estudiar afuera ya con una cantidad de horas respetables, que hacían que el departamento solo se tuviera que comprometer a pagar unas horas adicionales a las que ya tenía presupuestado. Ahora bien, no existe regla en la UdelaR que condicione a esta forma de reclutamiento y privilegie a las carreras académicas locales que se construyen a partir de juntar puchos de horas para llegar a estar en condiciones de acceder a la DT, o a esperar el golpe de suerte de que la abundancia circunstancial de presupuesto haga que o vía LLOAS o vía los departamentos se distribuyan horas. La política existía, pero no funcionó directamente porque las lógicas de reclutamiento son otras. El problema no es que los departamentos no puedan o no cuenten con los recursos para contratar o que las remuneraciones no sean competitivas. Todo eso puede ser un problema, pero el problema primitivo es que la mayoría de los departamentos no quieren contratar de esa manera.

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    1. Estimado Rafael,
      Creo que tu aporte también es importante. Seguramente esto depende del departamento. A mi me consta que hay algunos que buscan activamente contratar los mejores candidatos posibles. Pero también he escuchado experiencias como las que vos comentás.
      Gracias por el comentario!

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  3. Primero que nada arriba Defensor.

    Muy buena discusion, y gracias por la nota. Para mi el problema son los incentivos de los académicos con poder de influir o decidir la política de contratación; los departamentos dirigidos por personas cuya carrera depende de la calidad lo que publican, si buacan contratar a los mejores. Esos departamentos son los que están mas expuestos a la competencia. Pero si los incentivos son producir para servir el mercado domestico (usualmente condiciones en de monopolio), no es necesario contratar a los mejores. Cuando un departamento se dedica a (o hace el intento!) de exportar conocimiento, y no confundir esto con falta de vínculos con el sector productivo local, ahí si que no hay otra que competir y jugar con los mejores. La udelar es heterogénea, como también lo son las privadas, por las dramáticas diferencias de inserción internacional de los departamentos. Rafael dice que a algunos no les interesa o no quieren contratar de la manera que promueve la nota, y yo estoy de acuerdo, porque están en otro negocio, lo cual es absolutamente legítimo!... El problema es cuando eso se hace con el presupuesto público. Por eso a mi no me calienta tanto que peñarol derroche dinero como cuando lo hace la Udelar. Lo mismo vale para el dinero público que va a las privadas. Arriba la viola!

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  5. Totalmente de acuerdo. Hoy en día, y ya hace algunos años, existen áreas estratégicas definidas por el (ex) gabinete de la innovación en las cuales se han abierto llamados a fondos concursables. Es mi presunción que esto debería haber aumentado la competencia entre grupos de investigación por esos fondos. Sería un interesante experimento poder determinar si, estos fondos han impactado positivamente en la calidad de las publicaciones mediante índices de impacto y/o citaciones –entre otras dimensiones que se pueden evaluar- de aquellos grupos que se han presentado a estos fondos en los últimos años. También entre los grupos de investigación que han sido financiados y los que no, entre aquellos que se han presentado y los que no. Los datos existen o deberían existir (al menos para la UdelaR existe una base de datos de grupos de investigación). Yo al menos no conozco evaluaciones sistemáticas de estas políticas, pero quizá existan.

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