Denisse Gelber
Recientemente, se publicó el último Global Education
Monitoring Report, centrado en el rol de la tecnología en la educación, en
especial tras la pandemia del COVID-19 (UNESCO, 2023). El
reporte debate acerca de cuatro aspectos centrales: el nivel de adecuación del
uso de las tecnologías en la educación; su potencial para promover la equidad
de aprendizajes; su nivel de efectividad y sostenibilidad. El lanzamiento tuvo lugar en Montevideo y
contó con varias presentaciones, incluyendo documentos regionales.
Entre ellos, un análisis de las respuestas a la educación a distancia
durante el COVID-19 en Argentina, Chile, Colombia, Costa Rica, México y
Uruguay, evidenció que la inequidad en
el acceso a TICs fue una de las principales barreras a sortear, y los logros
alcanzados fueron insuficientes, a pesar de la diversidad de los puntos de
partida (Soleric & Kelly, 2022). Tal como lo evidencian otros estudios, las
brechas resultaban aún más pronunciadas al considerar países de América
Central. Previo a la pandemia, mientras la gran mayoría de los hogares de Costa
Rica accedía a internet (86%), en
República Dominicana solamente uno de cada cuatro hogares contaba con conexión
(26%), Esta brecha se exacerbaba al considerar las zonas rurales: menos del 10%
de los hogares rurales en Guatemala, Paraguay, Perú, Bolivia y El Salvador estaban
conectados a internet alrededor de 2019 (Huepe et al., 2022). Estas
diferencias se acrecientan al considerar los ingresos del hogar, afectando no
solo la calidad de la conectividad sino también de los dispositivos. De acuerdo
al Sistema de Información y Gestión Educativa (SIGED), solamente Uruguay
contaba con las condiciones digitales
mínimas para garantizar la educación a distancia, porque ya contaba con
conectividad en los establecimientos educativos, programas de tutorías
virtuales, plataformas y paquetes de recursos digitales (Rieble-Ausbourg & Viteri, 2020). A su vez, la falta de formación docente en TICs ya era reconocida como
prioritaria entre los docentes (OECD, 2019),
identificándose brechas significativas en las habilidades digitales de los
docentes según dependencia
administrativa y nivel socio-económico (OCDE, 2020).
Durante el lanzamiento, también se presentó la encuesta on line La Voz Docente, que realizamos desde SUMMA en coordinación con los Ministerios de Educación de diez países de América Latina y con la Organización de Estados del Caribe Oriental (OECO), a fin de relevar las prácticas pedagógicas que desarrollaron los y las docentes durante la pandemia del COVID-19 en 21 países (Anguila, Antigua y Barbuda, Chile, Colombia, Dominica, Ecuador, El Salvador, Granada, Guatemala, Guyana, Honduras, Islas Vírgenes Británicas, México, Montserrat, Nicaragua, Panamá, Perú, San Vicente y las Granadinas, Santa Lucía, St. Kitts y Nevis, y Uruguay) (SUMMA, 2022). Aunque los resultados no son generalizables a nivel país ni regional, debido a que la muestra no es representativa, las 200.000 encuestas recolectadas reflejaron la fragilidad del cuerpo docente para enfrentar la educación a distancia. A modo de ejemplo, uno de cada cinco docentes carecía de conectividad de calidad (22,5%) y tan solo 9,2% recibió un computador por parte del municipio o Ministerio de Educación. La vasta mayoría debió utilizar su propio equipo (87,5%), aunque uno de cada diez (10.8%) no contaba con computador. Es de destacar el complejo rol que desempeñaron los y las docentes durante la pandemia a fin de sostener los aprendizajes, considerando que la mayoría de los estudiantes experimentaban dificultades de conectividad (85,1%), de acceso a equipamiento (77,1%) y de apoyo familiar en sus tareas (54,7%), además de estar experimentando desmotivación (27,8%), situaciones de violencia (12,1%) y afecciones de salud (37,5%). Vale destacar que a la mayoría de los encuestados recibieron orientaciones para ofrecer contención socio-emocional a los estudiantes (59,5%), así como acompañamiento pedagógico para la enseñar a distancia (54,7%). En este contexto, a fin de evitar la pérdida de aprendizajes, los y las docentes ofrecieron adaptaciones y priorizaciones curriculares, destacándose las tutorías personalizadas por teléfono /videollamadas (71,7%) y los proyectos individuales (61,5%). A pesar de los esfuerzos, tan solo el 13% logró cubrir todo el currículum durante la pandemia (SUMMA, 2022).
Si bien la tecnología no debiera sustituir a la educación presencial, menos aún a edades tempranas, sino apoyarla (UNESCO, 2023), es necesario continuar diseñando alternativas, tomando en cuenta los altos riesgos de enfrentar futuras crisis producto del cambio climático, enfermedades y desastres naturales. El índice de riesgo climático infantil (Children´s Climate Risk Index) es una primera aproximación a ello, y se centra en la exposición a crisis climáticas y medioambientales (sequías, inundaciones, ciclones, olas de calor, contaminación del aire y agua), así como la vulnerabilidad infantil (falta de acceso a servicios de salud, educación, saneamiento y protección social, entre otros) (UNICEF, 2021b). Tal como se refleja en la Figura 1, a excepción de Uruguay y Paraguay, América del Sur se encuentra en riesgo alto de shocks climáticos y medioambientales, en especial Brasil.
Figura 1. Predominio
de shock y stress climático y medioambiental según región
Fuente: UNICEF; The Children´s Climate Risk Index, p76.
En respuesta a los riesgos, el Índice de Preparación para la Educación Remota ofrece un ranking de países de África y Asia en base a tres dominios: las características de los hogares (equipamiento, acceso a internet y dispositivos tecnológicos), la capacidad de respuesta de los Estados para proveer oportunidades de aprendizaje remotas, y el nivel de preparación del sistema para situaciones de emergencia (recursos financieros, monitoreo de riesgos) (UNICEF, 2021a). Tal como era de esperarse, ningún país cuenta con el máximo puntaje y la mayoría se ubica en los niveles más bajos, dando cuenta de la vulnerabilidad del acceso a la educación frente a los crecientes riesgos que estamos enfrentando a nivel global (Figura 2).
Figura 2. Ranking de países según el Índice de Preparación para la Educación Remota
Puntaje |
Interpretación |
Países |
5 estrellas |
Sistemas de educación altamente
resilientes, aunque otros aspectos pueden requerir atención como la
continuidad de los aprendizajes (Alto desempeño en los tres dominios) |
|
4 estrellas |
Sistemas de educación remota
resilientes y establecidos, en que la mayoría de los estudiantes pueden
continuar estudiando a distancia (Desempeño medio-alto en dos dominios) |
Albania, Camboya, Gambia, Guyana,
Honduras, Kenia, Maldivas, Nigeria, Viet Nam |
3 estrellas |
Sistema relativamente resiliente,
aunque con riesgos de sostenibilidad (Desempeño promedio en dos dominios) |
Bangladesh, Butan, Burkina Faso,
Guinea, Myanmar, Saint Lucia, Senegal, Zimbawe, Sierra Leona. |
2 estrellas |
Aunque algunos estudiantes pueden
acceder a educación remota, la mayoría no lo hace (Desempeño bajo o
medio-bajo en dos dominios) |
Afganistán, Chad, Comoros,
República Democrática del Congo, Ghana, Lao, Mali, Nepal, Nueva Papúa Guinea,
Sudan, Yemen, Tanzania. |
1 estrella |
Necesidad urgente de invertir en
el desarrollo de un sistema de educación remoto (Bajo desempeño en dos
dominios) |
Burundi, Costa de Marfil, Congo,
Etiopía, Madagascar, Nigeria, Togo, Pakistán. |
¿En qué situación se encuentra Uruguay?
Uruguay es el país de América Latina con mayores niveles de acceso a
Internet en establecimientos educativos (95%). Además, cuenta con uno de los
sistemas más equitativos porque cada estudiante de educación pública cuenta con
un computador en Primaria, (UNICEF et al., 2018). Mediante a la
entrega de tablets a través del Plan Ceibal, seis de cada diez hogares del
quintil de menores ingresos, contaban con un computador durante la pandemia (Plan Ceibal, 2017). Además, a través
del Plan Ceibal los estudiantes y docentes accedieron a una variedad de
recursos y plataformas digitales para promover los aprendizajes, comunicarse,
subir notas y asistencia, entre otras actividades (Ripani, 2020). Sin embargo, el
uso de las plataformas digitales fue bajo y no se mantuvo con el retorno a la
presencialidad. De un total de 719.000 estudiantes y docentes del sistema
público, 206.000 usuarios accedieron a la plataforma CREA por día, y 108.000
tras el retorno a la semi-presencialidad (ANEP, 2021). Sin embargo, uno
de cada cinco estudiantes de primaria solo ingresó al sistema cinco veces en
2020 y las brechas por quintil de ingreso fueron significativas (24,5% del primer quintil respecto a 73,5% del quintil
más rico) (ANEP, 2021).
Lo que queda pendiente es cómo aprovechar este hito para cristalizarlo y
sostenerlo, más aún considerando las potenciales crisis que enfrentará el país
(empeoramiento de la falta de agua potable, olas de enfermedades respiratorias,
entre otras). Para ello, no solo se requiere de mayor inversión en el
mantenimiento de los dispositivos y generalizar su acceso a todos los ciclos
educativos, sino especialmente invertir en la formación docente para promover
el uso de las tecnologías como parte central del proceso de enseñanza y no como
un anexo o una amenaza.
Referencias
ANEP. (2021). Asistencia,
participación virtual y resultados educativos en la escuela pública uruguaya en
2020.
https://www.anep.edu.uy/monitorRepo/Presentaciones%20PDF%20y%20documentos/Asistencia%20y%20participacion%20virtual%20y%20resultados%20a%c3%b1o%20covid_v3.pdf
Huepe,
M., Palma, A., & Trucco, D. (2022). Educación en tiempos de pandemia.
Una oportunidad para transformar los sistemas educativos en América Latina y el
Caribe (243; Políticas Sociales). CEPAL.
OCDE.
(2020). Resultados de TALIS 2018 (Nota País). OCDE.
https://www.oecd.org/education/talis/TALIS2018_CN_CHL_Vol_II_es.pdf
OECD. (2019). How’s Life in the Digital Age?
Opportunities and risks of the digital transformation for people’s well-being.
En How’s Life in the Digital Age? OECD Publishing.
https://doi.org/10.1787/9789264311800-en
Plan
Ceibal. (2017). Plan Ceibal, 10 años. Hicimos historia haciendo futuro.
Rieble-Ausbourg,
S., & Viteri, A. (2020). COVID-19: ¿Estamos preparados para el
aprendizaje en línea? (Nota 20; CIMA América Latina y el Caribe). BID-
CIMA. https://publications.iadb.org/publications/spanish/document/Nota-CIMA--20-COVID-19-Estamos-preparados-para-el-aprendizaje-en-linea.pdf
Ripani,
M. F. (2020). Uruguay: Ceibal en Casa (Ceibal at home) (Education
continuity stories series). OECD.
https://oecdedutoday.com/wp-content/uploads/2020/07/Uruguay-Ceibal-en-casa.pdf
Soleric,
Á., & Kelly, V. (2022). Políticas digitales en educación en América
Latina. UNESCO, UNICEF. https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000381837
SUMMA.
(2022). La Voz Docente: Por el derecho a una educación justa e inclusiva para
América Latina y el Caribe. Encuesta regional de percepciones y prácticas
docentes durante la pandemia COVID-19.
https://www.summaedu.org/wp-content/uploads/2022/10/Informe_si%CC%81ntesis_espan%CC%83ol.pdf
UNESCO. (2023). Global Education Monitoring Report
2023. Technology in education: A tool on whose terms? UNESCO.
https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000385723
UNICEF. (2021a). Ensuring equal access to education
in future crisis: Findings of the new Remote Learning Readiness Index.
UNICEF.
UNICEF. (2021b). The climate crisis as a child
rights crisis: Introducing the Children´s Climate Risk Index. UNICEF.
https://www.unicef.org/media/105376/file/UNICEF-climate-crisis-child-rights-crisis.pdf
UNICEF,
Plan Ceibal, UNESCO, AGESIC, & UCU. (2018). Niños, niñas y adolescentes
conectados: Informe Kids Online Uruguay. UNICEF Uruguay.
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