De un
tiempo a esta parte, la proporción de uruguayos que apoya o se manifiesta a
favor de políticas redistributivas viene decreciendo, y la proporción que
entiende que los pobres son pobres por flojera o falta de voluntad viene
creciendo.[1]
Esto puede ser una traba a la mejora y reformulación de políticas existentes o
al desarrollo de otras nuevas, o ser algo problemático “en si mismo”. Ver por
ejemplo notas de Gonzalo Salas y Andrea Vigorito.[2]
Por otra
parte, existe evidencia empírica que muestra que parte de las preferencias y
opiniones de las personas en temas redistributivos y demás, están asociadas (entre
otros factores) a su percepción sobre su propia posición en la distribución del
ingreso (ver por ejemplo Alesina y La Ferrara, 2005). El apoyo a la
redistribución esta inversamente relacionado con la posición en la distribución
del ingreso en la que los individuos creen estar. Digo “creen” ya que existe
evidencia empírica que muestra como los individuos de la parte baja de la
distribución tienden a pensar que ocupan una mejor posición en la distribución,
en tanto lo opuesto ocurre para los que se encuentran en la parte alta de la distribución
(ver por ejemplo Ravallion, 1999). [3]
En este
contexto, este articulo propone una medida de relativo bajo costo y fácil
implementación que ayude en reducir los errores de percepción, con la esperanza
de afectar las opiniones y preferencias de los uruguayos en torno a temas
redistributivos: informar a los individuos dónde se encuentran en la
distribución nacional del ingreso. Luego de discutir algunos detalles
metodológicos, ejemplifico la idea ubicando las remuneraciones pagadas en la Universidad de la Republica (UdelaR) en la distribución del ingreso observada en
2017.
Qué se informa
Propongo
informar de la posición que se ocupa en la distribución individual del ingreso
del país, a grosso modo. Por ejemplo, explicando a los individuos que sus
ingresos mensuales se ubican en el primer cuartil de la distribución, o el
segundo, o en los siguientes deciles hasta el top 90% y top 95%. Nótese que mayor
precisión pone más presión sobre los datos y amplifica el efecto de errores de
medida y otros problemas derivados de la base de datos concreta a utilizar.
Parte
importante de la discusión sobre lo que se informe radica en como se calcula y
en base a que datos. Una propuesta “de máxima” consiste en informar esta
posición a nivel individual, calculada “en tiempo real” o con el menor rezago
posible. En teoría la DGI y/o el BPS podrían calcular los umbrales de ingreso
deseados en base a los datos del propio mes (o de un numero x de meses atrás),
lo que implica usar el universo de perceptores de ingresos formales. Lo
positivo es la contemporaneidad del cálculo y el tamaño de la muestra; lo
negativo y problemático es la omisión de los trabajadores informales: esta
exclusión necesariamente lleva a estimaciones sesgadas de la posición de los
individuos en la distribución del ingreso. Además, algo poco práctico es la
necesidad del cálculo mes a mes, la magnitud y complejidad de la base de datos
para el cálculo y el hecho de que estos datos no son públicos.[4]
Una
alternativa consiste en computar estas posiciones con información del Instituto
Nacional de Estadistica (INE) en base a datos de la Encuesta Continua de
Hogares (ECH) que se estuviere realizando ese mismo año. Lo positivo es la
inclusión de trabajadores informales, y lo negativo es trabajar con una muestra
en vez del universo de individuos. Por ejemplo, sabemos que la ECH no hace un
muy buen trabajo captando los ingresos de los individuos de mayores ingresos de
la sociedad, potencialmente sesgando (al alza) lo que se reporte.[5]
De aquí que, a menor nivel de precisión en la información brindada, menor la
preocupación por los problemas derivados de los datos usados. [6]
Una propuesta
“de minima”, de menor costo y mayor factibilidad consiste en estimar los
umbrales con datos de la ECH del año anterior. Esto conserva la ventaja de
incluir trabajadores informales y los inconvenientes de trabajar con muestras,
y agrega la necesidad de ajustar por inflación los valores observados. Esto
introduce errores de medida cuya gravedad depende, entre otras cosas, del nivel
de precisión de la información a reportar, y agrega la ventaja de
replicabilidad o chequeo externo.
Como
discusión aparte, estimar e informar a nivel individual tiene otros problemas.
Por ejemplo, , ya que los individuos viven en hogares. Dos personas con el
mismo nivel de ingreso se encontrarán en el mismo lugar en la distribución
individual de ingreso pero podrían estar en distinto lugar en la distribución a
nivel de hogar. Por ejemplo, si uno es soltero y vive solo, y el otro es jefe
de hogar de una familia con dos hijos, una pareja y una persona mayor a cargo.
Probablemente las opiniones y percepciones de los individuos dependan más del
nivel de bienestar al que acceden en tanto miembros del hogar (aproximado por
ejemplo por su ingreso per cápita dentro del hogar). Una solución potencial seria
brindar información complementaria bajo algún supuesto de conformación del
hogar, como se discute más adelante.
Cómo se informa
Un escollo importante
es que conceptos como quintiles, deciles o percentiles en una distribución no
están extendidos en toda la población. Una forma de superar el problema consiste
en usar una formulación del tipo “En Uruguay, aproximadamente dos millones de
personas reciben algún tipo de ingreso en Uruguay hoy en día. ¿sabia usted que
su ingreso mensual es aproximadamente superior al de 500.000 de estas personas?”
Y referir cuando corresponda a 1.000.000, 1.200.000, 1.400.000, 1.600.000, 1.800.000
y 1.900.000 personas (percentiles 25, 50, 60, 70, 80, 90, y 95).[7]
Para atacar el problema de la conformación del hogar, podría agregarse una
frase del tipo “En promedio, en Uruguay hay aproximadamente un millón de
hogares, compuestos por tres personas. Si usted fuera el único perceptor de
ingresos de un hogar conformado por usted y otras dos personas, el ingreso
mensual de su hogar seria superior al de X de estos hogares”. Esto torna mucho más
compleja la información provista y no deja de ser una mala aproximación para
buena parte de los casos.
Respecto a cómo
hacerle llegar esta información a los individuos, una propuesta “de máxima”,
ambiciosa, consiste en incluirla obligatoriamente en los recibos de remuneraciones,
jubilaciones, pensiones, o ingresos en general. A priori no parecen necesitarse
mayorías parlamentarias especiales para esto; por ejemplo, el contenido de los
recibos de sueldo parece ser modificable por decreto. Una propuesta “de mínima”,
más factible y menos costosa, consiste en que el Estado implemente esta práctica
voluntariamente. Vale decir, que informe la posición en la distribución a todos
sus empleados y personas a las que les suministra algún ingreso (jubilaciones,
por ejemplo). La ECH 2017 por ejemplo registra aproximadamente 240.000
asalariados en el sector público y unos 360.000 jubilados y pensionistas por
BPS; la cobertura podría alcanzar entre 20% y 25% de la población mayor de 14
años.[8]
Esto en principio requiere solamente de voluntad, capacidad técnica y el
rediseño del recibo de sueldo, jubilación, pensión, etc. Como propuesta
“intermedia”, la inclusión de asalariados privados podría negociarse en el
marco de los Consejos de Salarios, y por supuesto existe la adhesión voluntaria
por parte de empleadores.
Aplicación concreta
Aquí aprovecho
que varias reparticiones del Estado pagan acorde a una escala fija, invariante
en el año, y publica; por lo que es posible por ejemplo acceder a la escala de
remuneraciones usada por ANCAP,
ANEP,
el BHU, etc.
En este ejemplo uso datos de la ECH 2017 y tomo la
escala de sueldos de la UdelaR para 2017, (salvando
el problema del ajuste por inflación). Como complicación adicional, la ECH
reporta datos sobre ingresos líquidos en tanto las escalas fijan remuneraciones
nominales, por lo que utilizo los líquidos que se desprenden de los nominales
de la escala.[9] Considerando todos los ingresos reportados
por cada individuo y limitando la muestra a aquellos con ingresos positivos,
estimo la tabla siguiente.[10]
Lugar en la distribución
|
Umbrales de ingreso (en $)
| |
De
|
Hasta
| |
25% mas pobre
|
1
|
11,834
|
25% al 50%
|
11,835
|
21,836
|
50% a 60%
|
21,837
|
26,500
|
60% a 70%
|
26,501
|
31,868
|
70% a 80%
|
31,869
|
40,000
|
80% a 90%
|
40,001
|
54,902
|
90% a 95%
|
54,903
|
73,958
|
95% en adelante
|
73,959
|
Una vez hecho
esto, utilizo los umbrales aplicados a los líquidos correspondientes a los
nominales en la escala salarial de la UdelaR para generar la tabla siguiente (en PDF aquí). Dicha
tabla ilustra otras problemáticas de la propuesta, derivadas del multi-empleo y
la cantidad de horas trabajadas. Aquellas personas que tengan mas de un empleo (lo
cual es el caso de algunos docentes con baja dedicación horaria, ubicados en el
25% mas pobre) podrían llegar a recibir varios recibos de sueldo que indiquen
posiciones bajas en la distribución salarial, cuando lo que importa es la posición
derivada del ingreso sumado de todas las fuentes. También, la distribución de
ingresos proveniente de la ECH se nutre principalmente de ingresos de
trabajadores a tiempo completo, por lo que la posición en dicha distribución de
un individuo que trabaje solamente 3 horas a la semana puede no ser una medida
muy informativa de nada.
A modo de conclusión
En esta
nota tomo como datos que el apoyo a políticas redistributivas por parte de la
población viene en caída, que esto esta relacionado con la percepción de cada
individuo sobre su posición en la distribución del ingreso, y que esta
percepción puede ser errónea. No discuto lo anterior ya que me centro en proponer
una medida de bajo costo y fácil implementación que apunta a atacar el tema. La
engorrosa discusión metodológica busca mostrar, por un lado, que la medida no está
exenta de problemas y errores (y probablemente tenga otros más allá de los
cubiertos aquí). Pero, también, ilustra lo fácil y barato de, al menos, hacer
las cuentas. Sería necesario un trabajo técnico mas serio y profundo,
claramente, para encontrar la manera adecuada de calcular y especialmente comunicar
la posición en la distribución del ingreso. Pero dado que las escalas
salariales estatales se actualizan en general en Enero, con algo de optimismo los
restantes siete meses del año parecen suficientes para su implementación en
alguna repartición del Estado que estuviese interesada en agregar un par de
renglones a los recibos.[11]
Referencias
Cruces, G., & Tetaz, M. (2009). Percepciones subjetivas de la distribución del ingreso y preferencias por las políticas redistributivas. Avances de Investigación, 33.
Ravallion, M. and Lokshin, M. (1999), “Subjective Economic Welfare,” Policy Research Working Paper 2106, The World Bank.
Alesina, A. and La Ferrara, E. (2005). “Preferences for redistribution in the land of opportunities”, Journal of Public Economics 89(1).
[1] Ver por ejemplo cobertura en El Observador aquí y en Brecha aqui.
[2] Ver además nota de Rodrigo Arim sobre impuesto a la herencia; y nota de autores varios sobre políticas redistributivas en general y potenciales aplicaciones locales.
[3] Ver Cruces y Tetaz (2009) para una discusión en mayor profundidad de la evidencia empírica relevante.
[4] Vale decir, lo que se reporte no seria replicable o verificable externamente, y la sensibilidad de datos administrativos de este tipo hace que no sea del todo claro que sea factible utilizarlos en primer lugar.
[5] Probablemente la DGI tenga algo más de éxito en capturar los ingresos de los individuos en el tope de la distribución.
[6] Por supuesto, usar datos del INE “en tiempo real” no necesariamente sea algo factible técnicamente: el INE tiene sus propios tiempos de procesamiento de cuestionarios “crudos” a datos procesables.
[7] Esta formulación es una adaptación de la utilizada en Cruces y Tetaz (2009). Conste que la Encuesta Continua de Hogares 2017 lista unas 2.3 millones de personas con algún tipo de ingreso (remuneraciones, rentas, jubilaciones, pensiones, etc.) vale decir, la frase de arriba es una aproximación gruesa para simplificar. Formulaciones alternativas basadas por ejemplo en el cuestionario usado en el Latinobarometro podrían ser del tipo “Suponga que todas las personas que perciben algún ingreso se ubican en una escalera de diez escalones, con la misma cantidad de personas en cada escalón. En el primer escalón se ubican las personas con los menores ingresos de todos, luego las siguientes personas con menores ingresos, y asi hasta el escalón mas alto con las personas con mayores ingresos. Acorde a su ingreso mensual, usted se ubicaría en el escalón X.” Se puede adaptar el numero de escalones a quintiles o cuartiles pero se pierde la posibilidad de ir cambiando la escala.
[8] Excluyendo caja militar, policial, y otras cajas, para simplificar el calculo.
[9] Es decir, utilizo el valor liquido luego de descontar seguridad social e impuestos que surgen de utilizar la planilla de calculo de aportes para trabajadores dependientes de la DGI, llenando solamente el ingreso nominal mensual. Es decir, asumiendo no existen otras fuentes de ingreso, no hay personas dependientes, contribuciones al fondo de solidaridad, etc. Este es un problema exclusivo de esta nota; si alguna entidad pública decidiera empezar a reportar la posición en la distribución del ingreso de sus empleados, esta misma institución claramente sabe el ingreso liquido preciso correspondiente a cada individuo. La planilla esta disponible aquí.
[10] Este es otro detalle a tener en cuenta: la ECH recoge tanto los ingresos de la ocupación principal de la persona como el total de sus ingresos, sumando todas las fuentes. Si se piensa en informar via recibo de sueldo, podría ser relevante considerar la distribución del ingreso construida solamente en base al ingreso principal. Además, siempre existen individuos que reportan valores extremos (un peso uruguayo de ingreso al mes, por ejemplo), por lo que un trabajo técnico mas serio debiera discutir si y como excluir estos casos. Nótese que no restrinjo por edad, pero podría ser deseable utilizar la distribución reportada por personas en algún tramo particular (mayores a 13 años, por ejemplo).
[11] Por supuesto, lo ideal sería no duplicar esfuerzos y tener un solo grupo técnico generando una forma estandarizada de calcular y presentar la información, en vez de un juego de umbrales por repartición estatal. Con algo de suerte alguna institución (como el Ministerio de Economía y Finanzas, el Ministerio de Desarrollo Social, o la Universidad de la Republica) pueda liderar y las demás ir adoptando el estándar.