Foto: Andrés Dean |
La estructura productiva uruguaya ha
incrementado su nivel de diversificación en los últimos años y en esto han
tenido que ver tanto esfuerzos particulares como planes del gobierno. No
obstante, las exportaciones del país siguen dominadas por los productos
primarios.[i]
¿Por qué es esto un problema? En lo que sigue argumento que la especialización uruguaya puede limitar el crecimiento económico a largo plazo y a su vez tener otros efectos negativos.
Hace ya un tiempo que los economistas han advertido
que la canasta exportadora de los países ricos es diferente a la de los países
pobres.[ii]
Países ricos como Holanda o Nueva Zelanda exportan los mismos productos que
Uruguay pero además agregan otros.[iii]
Las economías que alcanzaron a desarrollarse más tempranamente crecieron en
base a la industrialización porque tenían una ventaja inicial para acumular
capital. Pero los nuevos ricos del mundo como Corea o Finlandia también
lograron crecer desarrollando un potente sector industrial sin contar a priori
con una ventaja clara para ello.
El hecho de vender principalmente productos
altamente basados en recursos naturales afecta el crecimiento por varios
canales. Por un lado, la capacidad de convergencia con la frontera tecnológica
mundial es menos fuerte en las actividades primarias.[iv]
Por otro lado, la demanda mundial por alimentos es menos dinámica que la de los
productos de consumo industriales.[v]
Por último, los precios de los commodities
primarios son muy volátiles y esto agrega volatilidad al ciclo del producto de
los países que los producen.
Otros estudios señalan que enfocar las fuerzas
productivas de un país en la producción de productos primarios tiene además
consecuencias negativas sobre la formación institucional[vi],
la educación de la sociedad y la distribución del ingreso[vii].
La lógica del argumento es que si se focaliza la producción en productos
primarios, la mayor parte de la retribución va para el propietario de la
tierra. Esto promueve la desigualdad de ingresos y además promueve la formación
de élites que buscan cooptar las políticas públicas. Por último, la producción
de productos primarios es menos intensiva en trabajadores formados que otras
ramas de actividad, lo que disminuye los incentivos a educarse. La literatura
señala que estas características, además de ser no deseables, también atentan
contra las potencialidades de crecimiento en el largo plazo.
Uruguay creció en la última década por encima
del promedio mundial y esto hace perder de vista los problemas estructurales de
largo plazo. Pero hay que recordar que este período no es el primero en el que
Uruguay experimenta un crecimiento
convergente. Lo que cabe preguntarse es si la tasa de crecimiento promedio estará
por encima de la de los países desarrollados en el largo plazo (para poder
alcanzarlos). Y cuando se trata de mirar el largo plazo hay varios estudios que
señalan a la especialización uruguaya como una limitante para el crecimiento[viii].
Por otro lado, algunos de los principales determinantes del crecimiento actual
parecen tener duración limitada. El mayor ejemplo es el elevado precio que
están mostrando los alimentos debido a la
demanda de los grandes mercados emergentes. Dado lo expuesto antes, no cabe esperar
que en el largo plazo el precio de los alimentos sea un promotor de crecimiento
convergente. Por el contrario, dado que el mundo tiende a gastar en alimentos
una proporción decreciente de su ingreso cuando éste crece, lo que cabe esperar
es que el movimiento de precios a largo plazo nos resulte desfavorable.
No estoy abogando aquí por volver a caer en
políticas industrializadoras improvisadas como las que se implementaron en
Uruguay a mediados del siglo XX y que no mostraron buenos resultados. Pero sí
creo que se deben profundizar mucho más los esfuerzos para apoyar los
emprendimientos con potencial innovador y fomentar el surgimiento de aquellas actividades
en las que la absorción y derrame de conocimiento sea mayor[ix].
Pero para que esto cobre el empuje que se merece se requiere una mayor voluntad
política y ahí es que entramos los ciudadanos.
Referencias
Acemoglu, D; Johnson, S; Robinson, J y
Thaicharoen, Y. (2003): “Institutional causes, macroeconomic symptoms:
Volatility, crises and growth.” Journal of Monetary Economics.
Bértola, L. y Bittencourt, G. (2005): “Veinte
años de Democracia sin Desarrollo Económico” en Caetano E. (ed.) Veinte años de
democracia: Uruguay 1985-2005, miradas múltiples. Montevideo, Editorial Santillana.
Galor, O; Moav, O y Vollrath, D. (2009):
“Inequality in Land Ownership, the Emergence of Human Capital Promoting
Institutions and the Great Divergence.” Review of Economic Studies.
Hausmann, R; Hwang, J. y Rodrik, D. (2007):
“What you export matters." Journal of Economic Growth.
Holcomb, R; Park, J y Capps, O. (1995): “Revisiting
Engel's Law: Examining Expenditure Patterns for Food at Home and Away From Home.”
Journal of Food Distribution Research.
Houthaker, H y Magee, S. (1969): “Income and
Price Elasticities in World Trade.”The Review of Economics and Statistics.
Ogaki, M. (1992): “Engel' s Law and
Cointegration.” Journal of Political Economy.
Ourens, G. (2012): “Uruguay al espejo.” Revista de Economía del BCU.
Prebisch, R. (1959): “Commercial Policy in the
Underdeveloped Countries.” The American Economic Review.
Rodrik, D. (2013): “Unconditional Convergence
in Manufacturing.” The Quarterly Journal of Economics.
Sachs, J. D. y Warner, A. M. (2001): “The curse
of Natural Resources." European Economic Review.
Foto de Andrés Dean.
[i] Sólo en Semillas y
frutos, Carne, Productos lácteos y Cereales se acumulan el 57% de las
exportaciones de Uruguay según los datos de Uruguay XXI para el año 2013.
[ii] A la intuición de los
pensadores de la CEPAL desde mediados del siglo XX (por ejemplo Prebisch, 1959)
se sumó luego evidencia empírica. Ver por ejemplo Sachs y Warner (2001) o el
artículo cuyo título estoy parafraseando en el título de este post: Hausmann et
al (2007). La frase llama más la atención en español que en inglés.
[iii] Para otros países
subdesarrollados las diferencias pueden ser otras. Por ejemplo si se compara
países grandes con diferentes grados de desarrollo como EEUU e India también se
concluye que sus exportaciones son diferentes. En ese caso, la diferencia viene
más por la calidad de los productos que por la cantidad pero ese tema (aunque
muy interesante) no es relevante para este post.
[iv] Un trabajo reciente al
respecto es Rodrik (2013).
[v] Este es el resultado de la
llamada Ley de Engel aplicada a escala global. Verificaciones empíricas de este
postulado pueden encontrarse en: Houthaker and Magee (1969), Ogaki (1992) o
Holcomb et al (1995).
[vi] Los trabajos de Daron
Acemoglu y James Robinson son los más reconocidos en estos temas. Ver por
ejemplo Acemoglu et al (2003).
[vii] La literatura es amplia
en esto. Me resulta muy interesante el trabajo cliométrico que hace ya algunos
años lleva adelante Oded Galor. Ver por ejemplo Galor et al (2009).
[viii] Ver por ejemplo Bértola y Bittencourt (2005) u
Ourens (2012).
[ix] En Ourens (2012) se
ofrece una evaluación de cuáles podrían ser las actividades a promover
siguiendo una metodología en particular. Por supuesto, el desarrollo de una actividad
depende no sólo de su idoneidad teórica, sino además de la voluntad y capacidad
de todos los actores involucrados.