Los neurocirujanos tienen que “navegar” dentro del cráneo humano para llegar al punto de intervención quirúrgica. Al igual que en el caso de un conductor de autos, tener un GPS no modifica ni los objetivos por los que se desplaza ni la acción que deberá realizar una vez llegue al lugar al que se dirige. Claro que puede permitirle evitar caminos equivocados y encontrar caminos alternativos. Eso básicamente es lo que hace un neuronavegador, con la consiguiente ganancia en tiempo y seguridad. Además, ofrece información sobre el “camino”, emplea información de análisis pre-quirúrgicos –tomografías, resonancias magnéticas, etc.- para que el cirujano conozca el estado de la zona donde se encuentra el instrumento que está utilizando en cada momento de la operación.
Un aparato de estas características se encuentra disponible en el mercado por un precio de aproximadamente 200.000 dólares. Debido al costo del mismo no se empleaba en Uruguay hasta hace pocos años. En marzo de 2010 se utilizó un prototipo de neuronavegador en una neurocirugía realizada en el Hospital de Tacuarembó y hoy están en uso dos equipos de ese tipo en dicho centro asistencial y en el Hospital de Clínicas. Ese prototipo fue diseñado por un equipo del Grupo de Tratamiento de Imágenes del Instituto de Ingeniería Eléctrica (FING-UdelaR) junto con el Hospital de Tacuarembó y el Centro de Neurocirugía del Hospital de Clínicas. El desarrollo de estos equipos fue financiado conjuntamente por la UdelaR y ASSE, a través de un proyecto del Programa de Vinculación con el Sector Productivo de la CSIC*.
Lo menos importante de esta historia es que exista un neuronavegador made in Uruguay. Lo importante es que este equipo puede ser utilizado en Uruguay debido a su bajo costo. El mismo cumple las mismas funciones que los que están disponibles en el mercado. A su vez, la principal ventaja de este aparato es que tiene un costo de aproximadamente un tercio de los que se comercializan en el mercado. Eso se logra por el empleo de software de código abierto y el abaratamiento en los materiales.
Se trata pues de una solución para un problema para el que ya existían soluciones en el mundo desarrollado, pero las mismas no eran adecuadas para el contexto nacional, simplemente porque no se podía pagar. Ese tipo de casos es un problema recurrente para las políticas de innovación y ha sido abordado teóricamente desde la perspectiva de la innovación en contextos de escasez (Srinivas y Sutz 2008).
Este tipo de problemas son un desafío para la política principalmente porque no existe una demanda institucionalizada, sea a través de los mecanismos de mercado u otros. En el caso particular del neuronavegador el equipo coordinado por el Ing. Gómez –de quien tomé prestada la metáfora del GPS- tenía contactos previos con la contraparte en salud pública y el desarrollo tecnológico se pudo realizar por el apoyo de una política universitaria específica. El desafío principal es que el relato sobre el caso del neuronavegador no quede como uno más de los casos aislados de innovaciones exitosas en Uruguay.
En particular en el área de salud es posible pensar en mecanismos de detección de necesidades tecnológicas y su traducción en demandas concretas. Esa es una de las áreas estratégicas del Plan Estratégico Nacional de Ciencia, Tecnología e Innnovación (PENCTI) y tiene un impacto directo en otra de las áreas, como es la denominada innovación para la inclusión social**.
Eso implica que existen fondos, que están siendo utilizados y probablemente de buena manera. Sin embargo, se podría mejorar el empleo de los mismos enfatizando en la detección de necesidades y la elaboración de demandas. La experiencia contada aquí, junto con otras también del área salud, muestra que en los casos en que un equipo de investigación se enfoca en resolver problemas tecnológicos concretos, en interacción con los profesionales de la salud involucrados, es factible obtener innovaciones satisfactorias. Esto se enmarca también dentro de las bases conceptuales del PENCTI, que propone complementar mecanismos clásicos de “convocatoria a proyectos” con mecanismos de identificación de demanda y elaboración de soluciones colaborativas para ello**.
En síntesis, se trata de una buena experiencia, que puede ser retomada a nivel de política nacional. Ello permitiría tener más posibilidades de encontrar soluciones a problemas latentes de salud. Existen buenas experiencias de innovaciones en salud y en ingeniería biomédica, marcapasos billiled –tratamiento de ictericia en recién nacidos- el neuronavegador. Son buenos ejemplos de capacidades de innovación que aparecen como casos aislados, los cuales son muy positivos, pero serían mucho mejores si perdieran esa condición.
* Más detalles sobre este proyecto se encuentran en: http://iie.fing.edu.uy/dp/drupal/content/departamentos/senales/gti/investigacion/proyectos-de-investigacion/neuronavegador
** http://www.anii.org.uy/web/paginas/plan-estrat-gico-nacional-de-ciencia-tecnolog-innovaci-n-pencti
Referencias:
Srinivas, S. Sutz, J. (2008) “Developing countries and innovation: Searching for a new analytical approach”. Technology in Society, Vol. 30, pp. 129-140, 2008.