jueves, 16 de junio de 2011

Planes de apoyo gubernamental y empleo: evidencia para abandonar prejuicios –¿O mitos?-



La semana pasada, en la reunión de la Asociación de Marketing (ADM), el ex-presidente Jorge Batlle manifestó: Estamos repartiendo plata a gente que puede trabajar. Ya van seis años de cobrar todos los meses. Cuando lleguen a diez años, concluido este gobierno, me pregunto dónde quedan los hábitos de trabajo" . Me pregunto acerca las bases de esta aseveración ya que la evidencia no la sustenta.

I. Contexto: Plan de Emergencia – Plan de Equidad

Los planes a los que se refiere, son el PANES y el Plan de Equidad. Presentamos a continuación, una breve reseña de cada uno. El Plan de Atención Nacional a la Emergencia Social (PANES) fue un programa de transferencias condicionadas, creado en 2005. Su propósito era atender hogares indigentes y vulnerables a la indigencia (Ley 17.869). Benefició a 71.231 hogares, de los cuales 8 de cada 10 pertenecían al primer quintil de ingresos (MIDES/ DINEM/ LCSSO 2008). A grandes rasgos, el programa ofrecía una tarjeta de apoyo alimentario, ingreso mensual al hogar (Ingreso Ciudadano) y acceso a servicios educativos y de salud, entre otros programas. En 2008, el programa fue reemplazado por el Plan de Equidad que se propuso reformular el sistema de protección social en Uruguay. Entre otros cambios, el Ingreso Ciudadano (que en un 80% era utilizado para alimentos según los beneficiarios encuestados en 2007) fue sustituido por la ampliación del -ya existente- sistema de Asignaciones Familiares para hogares en situación crítica y vulnerable (MIDES 2009). El monto de las transferencias es mayor que el Ingreso Ciudadano, diferencial de acuerdo al nivel educativo que asisten los menores, y la transferencia es condicional a la asistencia al sistema educativo y chequeos de salud por parte de los menores del hogar (0-18 años) (OPP 2008).

II. Evidencia

La mayoría de los ingresos en hogares pobres, ¿provienen de transferencias del Estado? NO. Supongamos que cada hogar por debajo de la línea de pobreza recibe en promedio $100 por mes. De acuerdo a la Encuesta de Hogares de 2010, de esos $100, $55 provienen de ingresos por empleo y $19 de transferencias del Estado (asignaciones familiares, pensiones por vejez e invalidez, canastas de alimentos y Tarjeta Alimentaria del Plan de Equidad) (González, Macari, and Horjales 2011).

El monto del Plan de Equidad, ¿cubre el valor de una Canasta Básica Alimentaria por persona? NO. En Diciembre de 2010, el valor de la Línea de Indigencia per cápita (Valor de la Canasta Básica Alimenticia) era de era de $1735.44 en Montevideo y $1631.28 en el resto del país urbano (INE). El monto actual de la Asignación Familiar –Plan de Equidad (definido en Enero de 2011) es de $866 por un menor que cursa Primaria y $1296 por un menor que cursa Secundaria en un hogar de condiciones críticas (Datos actualizados del Banco de Previsión Social). De contar el hogar con un menor en Primaria y otro en Secundaria, el monto total a percibir es de $1683. Si los dos están cursando Primaria, el monto que el hogar percibe es de $1312. En ninguno de los casos, el monto permitiría ni siquiera cubrir la alimentación mensual de uno de los menores.
Supongamos ahora que el hogar cuenta además con la Tarjeta Uruguay Social (tarjeta que solo permite la compra de alimentos, artículos de higiene y limpieza). El monto a percibir por un menor en el hogar es de $523 y por dos es de $793 (MIDES). Tampoco le cierran las cuentas, ¿no?

A partir de estos ejemplos queda claro que la complementación de ambos beneficios no permite cubrir la canasta alimenticia de dos menores de hogares en situación crítica. Considerando que el promedio de menores de 18 años en los hogares indigentes es de 3.1 y en los hogares pobres es de 2.1, queda claro que el Plan de Equidad contribuye a cubrir las necesidades mínimas pero no es suficiente (INE 2009).

¿El Plan de Emergencia y posterior Plan de Equidad desmotivan la actividad laboral de los adultos del hogar? NO. En base a datos de 2008, comparando beneficiarios y no beneficiarios del Plan de Emergencia con similar situación socio-económica, se concluyó que el programa no impactó en la inserción laboral de los adultos del hogar, ni en su tasa de desempleo ni calidad del empleo (Amarante et al. 2008, 2009) . Y esto no es llamativo ya que los resultados son similares a evaluaciones de programas de transferencias condicionadas en el resto de América Latina (véase: Veras Soares, Perez Ribas, and Guerreiro Osorio 2010).

La principal diferencia entre hogares pobres, indigentes y no pobres, no radica en la tasa de actividad sino en la calidad del empleo. Las personas pobres subempleadas triplican a las no pobres y 66% de las personas pobres no contribuyen a la seguridad social (González et al. 2011). De acuerdo a datos de 2006, los beneficiarios del PANES se ocupaban principalmente como peones, domésticas, recolectores, vendedores ambulantes y barrenderos (Amarante, Flores, and Vigorito 2007).

A partir de la evidencia presentada, reitero mi pregunta del inicio: ¿en que basan su aseveración quienes día a día defienden premisas como la del Dr. Batlle? ¿No será hora de asumir de una buena vez que es responsabilidad de todos que todo ciudadano tenga las necesidades mínimas cubiertas? El Plan de Equidad contribuye pero no es suficiente. En parte por eso todavía vemos niños en situaciones como la de la foto adjunta.

Referencias:
  • Amarante, Veronica, Manuel Flores, and Andrea Vigorito. 2007. “Perfil socioeconómico de la población incluida en el PANES. Informe final.”
  • Amarante, Veronica, Gabriel Burdin, Marco Manacorda, and Andrea Vigorito. 2008. “Informe final de la evaluación intermedia del impacto del PANES.”
  • Amarante, Veronica et al. 2009. Evaluación del impacto del Panes. Segunda ronda de seguimiento. Montevideo, Uruguay.
  • González, Franco, Andrea Macari, and Rodrigo Horjales. 2011. “Estimación de la pobreza por el Método del Ingreso. Año 2010.”
  • INE. 2009. “Estimaciones de Pobreza por el Método del Ingreso 2008.”
  • MIDES. 2009. Politicas sociales que promueven el ejercicio de los derechos ciudadanos. Montevideo, Uruguay: Ministerio de Desarrollo Social.
  • MIDES/ DINEM/ LCSSO. 2008. Dela PANES al Plan de Equidad. Un balance del PANES para aportar ideas a la ejecucion del Plan de Equidad en Uruguay. Montevideo, Uruguay: MIDES.
  • OPP. 2008. El Plan de Equidad y la reforma de las Asignaciones Familiares. Montevideo, Uruguay.
  • Veras Soares, Fabio, Rafael Perez Ribas, and Rafael Guerreiro Osorio. 2010. “Evaluating the impact of Brazil’s Bolsa Familia. Cash Transfer Programs in comparative perspective.” Latin American Research Review 45(2):173-190.

13 comentarios:

  1. Lo que hace Batlle es lo que hacen casi todos los políticos uruguayos: tirar bolazos sin datos conocer los datos. Lo vemos todo el tiempo con la seguridad, con los impuestos, etc, etc….. Y eso pasa con los palos políticos, porque Batlle esta gaga, pero hay políticos jóvenes de derecha e izquierda que hacen aseveraciones sin sustento alguno. Igual lo más interesante de la nota es que Uruguay ha mantenido varios años de políticas sociales ininterrumpidas a los sectores mas jodidos de la sociedad, siempre va a saltar alguien que diga que lo que hace falta es dar laburo y no asistencialismo, pero lo cierto es que los planes de emergencia con todos sus problemas se han ido transformando en planes mas estructurales y eso no deja de ser una buena noticia, aun cuando no se llegue ni siquiera a cubrir una canasta básica.

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  2. Denisse, tu nota hace un aporte importante en tanto sistematiza información contenida en diversos estudios que generalmente quedan en el ámbito académico o en la web del INE sin que nadie se preocupe por hacer un esfuerzo de sistematizar y difundirla a la ciudadanía. Los medios de comunicación tienen parte de la responsabilidad, pero no podemos culpar de todo a los medios de comunicación. Yo tengo la percepción de que quienes hacen políticas sociales no le prestan la debida atención a la evaluación y difusión de los resultados de las políticas que implementan. El énfasis suele estar en el número de hogares y/o niños cubiertos por tal o cual plan, o en anécdotas de casos concretos (los que son dignos de mostrar, claro), pero no tanto en el impacto que esas transferencias generan en el conjunto de esos hogares y niños. En el Mides existe una Unidad de Evaluación y Monitoreo, pero creo que poca gente lo sabe, porque esta Unidad ha quedado más bien relegada, posiblemente con poca asignación presupuestal en el reparto. Me consta que la administración anterior mostraba una preocupación mayor por la evaluación pero todavía era muy pronto. Ahora, esta administración del Mides, después de más de 5 años de implementadas las políticas de transferencias monetarias debería estar dándole mucha más importancia a la evaluación y difusión de resultados de lo que le está dando. En general, los responsables de este tipo de políticas se conforman con tildar de “fachos” a que quienes crean que dar transferencias en efectivo a hogares pobres es tirar la plata. Sin embargo, el apunte que hacés de lo que dijo Batlle, cuyas palabras en particular tienen poco valor para la mayoría de los uruguayos, en realidad lo piensan más uruguayos de los que creemos. (sigue abajo).

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  3. Un tipo de comentario muy frecuente, sobre todo cuando vas para el interior donde “todo el mundo se conoce”, es el de “fulanita desde que el MIDES le da plata anda con celular, ¿para eso le da plata el gobierno?”. Yo en realidad me alegro que fulanita gracias a que está en el Plan de Equidad ahora tenga celular. Para mi es una señal de que ahora esa persona está, o al menos se siente, más integrada a la sociedad en la que “no podes ser el hombre nuclear, si todavía no tenés celular”. Sin embargo, también entiendo a los que me hacen este tipo de comentarios sin necesidad de tildarlos de “fachos”. Y los entiendo, porque por ejemplo no hay estudios o al menos no estudios que tengan difusión, que muestren, por ejemplo, si han mejorado los hábitos alimenticios en estos hogares a partir de la implementación de las transferencias monetarias. ¿Se están alimentando mejor? Tiendo a pensar que sí, pero ¿tenemos información al respecto? Tampoco hay información clara de si se ha logrado reinsertar a los jóvenes en el sistema educativo, ni siquiera me consta que se estén haciendo los controles correspondientes. Y me pregunto ¿le vas a sacar la transferencia al hogar si los gurises no van al liceo?. Difícil decisión, lo entiendo, pero entonces no le llamemos transferencia condicionada. El 60% de los jefes de hogares por debajo de la línea de pobreza no tienen ni siquiera la primaria completa. Yo tengo pocas esperanzas de que los adultos de estos hogares logren mejorar su inserción en el mercado de trabajo y por eso me parece clave que reciban una transferencia monetaria del Estado. Lo que sí espero es que sus hijos, gracias a la transferencia, puedan lograr un nivel educativo superior y que en un futuro no tengan que depender de las transferencias del Estado para sobrevivir. Y lo espero por ellos mismos, por su dignidad y bienestar, no por la plata que gasta el Estado en esto que en realidad es muy poca para el ambicioso objetivo que se propone. Si ese es el real objetivo de la política, no queda otra que controlar y de alguna manera lograr que esos niños se mantengan en el sistema educativo. Obviamente que el tema no termina acá y da para mucho más, cuánto hace el sistema educativo por retener a esos jóvenes, etc, etc, pero entonces no le llamemos transferencia condicionada ni pongamos una condición que en los hechos no se cumple porque estamos desvirtuando una herramienta que ha demostrado ser efectiva en otros países, y peor aún, estamos dando argumentos válidos a quienes no creen en ella (sigue abajo).

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  4. Por último, la importancia de evaluar resultados y difundirlos no está determinada únicamente por la necesidad de mostrar a la ciudadanía en general (incluso a los “fachos”) que este tipo de políticas son importantes (algo que en realidad es clave para lograr la sostenibilidad en el tiempo de este tipo de políticas más allá del color de quien gobierne). Es importante aún para los que estamos convencidos de que este tipo de políticas son buenas y necesarias para asegurarnos que están logrando el objetivo para el cual fueron diseñadas! Tal vez sea necesario aumentar mucho más las AFAMs para que den resultado. Tal vez lo que ganan esos gurises trabajando sea más de lo que reciben por la AFAM y por tanto no opere como un incentivo suficiente para retenerlos en el sistema educativo, pero poco sabemos al respecto y yo, por lo menos, no tengo conocimiento de que esto sea un tema de preocupación en la agenda del Mides. Ojalá alguien me diga que me estoy equivocando.

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  5. Muy buena la nota, Denisse. Y también me gustaron mucho los comentarios de Natalia. Es crucial tener datos, buenos datos, para evaluar las políticas redistributivas del país. El Mides empezó a recolectar información que es super valiosa, pero que no es suficiente. Porque como bien dice Natalia, no tenemos datos por ejemplo (o al menos nunca los vi publicados) sobre el cumplimiento de las condiciones impuestas por los programas de transferencias. Sin embargo, hay algo bastante peligroso que anda en la vuelta y es esa idea de que en realidad estamos sobre-diagnosticados en varios temas importantísimos. No es extraño ver gente que dice que abundan los diagnósticos sobre la educación, sobre seguridad, sobre pobreza, etc. Pero lo que abundan son diagnósticos sin demasiada evidencia dura que los respalde. Y eso sucede, justamente, porque en Uruguay no hay una tendencia y disposición a generar datos. Entonces, ¿Cómo sabemos si una política X cumple con sus objetivos o no, si tenemos muy poca información para estimar con cierta certeza los resultados? Es un problema que espero se empiece a resolver en el corto plazo. Para usar de nuevo (y sé que abuso) una analogía con el futbol, creo que tenemos muchas estadísticas del tipo Julio Cesar Gard que muchas veces son inútiles para inferir cursos de acción a partir de ellas.

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  6. Muy buena la analogía Cristian!. La falta de datos buenos para inferir resultados es un problema. Estoy de acuerdo con que hay gente del Mides que ha hecho un esfuerzo enorme por recopilar datos (el Observatorio Social por ejemplo). También se han incluido módulos específicos en la Encuesta de Hogares y preguntas adicionales en los cuestionarios mensuales con el objetivo de captar el impacto de las políticas sociales, aunque a veces con algunos problemas de diseño. Igualmente creo que en muchos casos no se le ha prestado la debida atención (o no se le han destinado los recursos necesarios) a pensar en la forma de evaluación de resultados JUNTO al diseño e implementación de la política. Creo que en el PANES se le dio más importancia (incluso se hizo una encuesta específica que es la base de algunos trabajos que citó Denisse), pero me da la sensación de que en los programas del Plan de Equidad no se le está dando la debida importancia a la evaluación de resultados, por lo menos no a su difusión!

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  7. Esta bueno lo que dicen y estoy generalmente de acuerdo aunque no con algunos temas de fondo. Eso me pasa con el funcionamiento general del MIDES, su composición, la manera de hacer las cosas, etc..porque en uruguay se sigue creyendo que las políticas sociales son políticas que las puede hacer cualquiera..asi el gobierno mete a cualquier improvisado sin ninguna formación pertinente, sin nada, a delinear políticas sociales. Los resultados son desprolijos (con buenas intenciones) pero muy desprolijos, llenos de versos (el enfoque de derechos, etc), y con policymakers con cero credecial. Los invito a ver la plana mayor del mides para que saquen sus propias cuentas. Da tristeza……entonces asi vamos, improvisando en ese terreno, con gente joven (que lo aplaudo) pero con muchos improvisados y vendehumo.

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  8. Muchísimas gracias por los comentarios. Estoy de acuerdo con Natalia y Cristian en que sabemos poco acerca de las evaluaciones de los planes de gobierno. Lamentablemente, no es que no se hagan sino que no se difunden. Las evaluaciones citadas en la nota sobre el PANES, dan cuenta que el plan no tuvo impactos significativos en el mediano plazo en la asistencia escolar, tampoco en que los beneficiarios obtengan empleos formales. No conozco estudios que hayan considerado el aspecto nutricional. Sobre el Plan de Equdiad, no pude encontrar evaluaciones similares.
    En lo que tiene que ver con el control de las corresponsabilidades al momento del PANES, la tesis de Lic en Sociología de Denise Courtoisie (‘Trasferencias monetarias condicionadas: el caso del Programa Ingreso Ciudadano’, Fac de Ciencias Humanas, UCU) da cuenta de las dificultades de los controles y la falta de coordinación entre los organismos estatales. Lamentablemente no fue posible controlar como se esperaba. Tampoco he encontrado material respecto a cambios ocurridos a partir del Plan de Equidad. Y sin duda es algo a considerar en futuros estudios.
    Claramente quedan dos materias pendientes. En primer lugar, hacer públicas las evaluaciones, bases de datos e informes realizados sobre los distintos planes a fin de construir sobre lo realizado y re-pensar las fallas del sistema (como parecen ser los controles). Por otro lado, promover mas evaluaciones, no para seguir diagnosticando, sino para repensar donde estamos parados y que podemos hacer para mejorarlo.
    Es claro que los planes asistenciales del Estado no son suficientes para evitar la reproducción inter-generacional de la pobreza. Aun cuando los montos a distribuir aumenten, la falta de conexión entre estos programas y políticas de empleo, obstaculiza las posibilidades reales de movilidad social para las nuevas generaciones en situación de pobreza.

    A pesar de las dificultades de los programas y lo mucho que queda por evaluar, lo que sabemos basta para echar por tierra algunos argumentos sobre los planes que no condicen con la realidad.

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  9. Vale aclarar que las evaluaciones sobre el PANES se hicieron en un periodo de tiempo escaso como para medir su impacto en el mediano plazo. Las bases de datos se recogieron en 2004, 2006 y 2008. En solo 4 años, es difícil constatar cambios significativos en problemas estructurales.

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  10. Voté a este gobierno pero me temo que Batlle lamentablemente tiene razón, trabajo para el estado y me choco día día con la realidad de las prestaciones que yo misma ofrezco y tramito personalmente. Además de asignaciones y todo lo que se menciona, a las personas desocupadas se les brinda desde $1600 hasta más de $9000 por mes en ticket de alimentación. Un monto que ni siquiera cubre el sueldo que se me paga por trabajar enloqueciendome con este tipo de gente y hacer una carrera universitaria al mismo tiempo. A veces pienso que si no trabajara y dejara de estudiar y me pusiera a tener hijos probablemente tuviera más ingresos y beneficios de los que tengo actualmente. DESASTROSO EL SISTEMA ESTATAL. Hablo desde adentro, yo misma tengo que brindar esos servicios, que irónico!

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  11. Natalia Nollenberger5 de mayo de 2012, 5:49

    Victoria, claramente el sistema no es perfecto y supongo que desde adentro y viviendo diariamente el caso a caso se percibirán con mucha intensidad los desperfectos. Pero me parecería bueno que nos contaras que beneficios a desocupados pueden llegar a $9000 por mes en ticket alimentación porque si es así hay alguna prestación que desconozco. Supongo que no te estarás refiriendo al seguro de desempleo porque esa es una prestación contributiva ni tampoco a los programas de Uruguay Trabaja porque lo que se paga es un sueldo a cambio de trabajo... la tarjeta alimentaria en ningún caso (creo) puede llegar a ese monto y dices que tampoco son las Asignaciones Familiares... entonces me estoy perdiendo de algo! Espero me puedas ilustrar con algún ejemplo! Gracias!

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  12. Natalia, no estoy hablando ni del seguro por desempleo ni de los programas de Uruguay Trabaja (que por cierto me parece algo muy bueno dentro de todo este caos). Estoy hablando del Instituto Nacional de Alimentación, el cual brindaba canastas que ahora pasaron a ser la tarjeta alimentaria que proporciona MIDES. Pero actualmente en INDA hay programas de canastas para niños con bajo peso, madres adolescentes o enfermos crónicos. Y el boom del momento, el servicio de comedor que intenta cubrir el almuerzo de lunes a sábados para desocupados, niños sin comedor escolar, incapacitados y adultos mayores sin ingresos. En ese servicio puede optarse por almorzar en uno de los comedores (cosa que muy pocas personas elijen) o retirar los benditos tickets de alimentación una vez por semana. Si por ejemplo es una pareja de desocupados, cada uno recibe por semana $420, un total mensual de $3360 aproximado SOLO POR LA PAREJA. Si fuera una pareja con 8 hijos (situación bastante común) serían mas o menos $12000 mensuales. A eso sumemosle la Tarjeta Alimentaria y la canasta si hay niños con bajo peso, ya que el programa no interfiere con estos otros. Había salido una resolución que duró aproximadamente 15 días, decia que quien tuviera la tarjeta alimentaria no podría acceder a los tickets ya que tendría cubierta la parte de alimentación en la familia. Pero gracias a que una persona le dio un par de quejas al ministro, la resolución quedó en la nada y se puede tener todo junto. Es descomunal, obviamente no damos a basto, ya que al enterarse de esta prestación todo el mundo acude sin saber ni siquiera que es lo que tramitan, solo saben que dan tickets y punto. Pero bueno... Tendremos que seguir trabajando y estudiando mientras todo esto sucede. Personalemnte me parece preocupante pero bueno... Espero que te haya servido la información. Aclaro que esta información es pública, cualquier persona que llame por teléfono o se dirija a las oficinas se les hablará de todos estos servicios. Saludos.

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  13. Natalia Nollenberger11 de mayo de 2012, 3:28

    Victoria, gracias por responder y por la información. La verdad desconocía que la asistencia a los comedores pudiera sustituirse por tickets alimentación ni que esta prestación fuera adicional a la tarjeta alimentaria. En principio y por los montos que mencionas, coincido en que podrian implicar un desincentivo a insertarse en el mercado de trabajo formal y en ese sentido comparto tu preocupación.

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