La pronta elección de un nuevo rector en
la Universidad de la República (UdelaR) ha disparado un lindo debate de ideas
respecto a distintos temas de política universitaria. Varios colectivos de
docentes y estudiantes se han pronunciado a favor de uno y otro candidato,
Roberto Markarián y Álvaro Rico; se han escrito columnas de opinión discutiendo
diversos temas; y los mismos candidatos han debatido, respondido entrevistas y
escrito sobre sus ideas y propuestas, generando así buen material para la
discusión.
Uno de los temas con mayor presencia en
estos intercambios ha sido el de la descentralización. En este post me sumaré
al intercambio argumentando que se precisa más descentralización y más
concentración. ¿Cómo? Sí, es necesario continuar con la tendencia de
incrementos presupuestales “sesgados” hacia el interior del país, pero que
estos esfuerzos se concentren en pocos centros, resistiendo cierta tendencia reciente
de ofrecer carreras en cada capital departamental. Asimismo, como la
descentralización efectiva requiere descentralizar poder, a la larga esta
“descentralización concentradora” requerirá transformar la actual UdelaR en
múltiples instituciones autónomas y cogobernadas.
La UdelaR es el país
En la última década la UdelaR ha desarrollado
una expansión importante de sus actividades en el interior del país. El gran
incremento presupuestal para la educación pública que trajo la administración
del Frente Amplio desde 2005, sacó a la institución de la miseria de recursos
que sufrió durante décadas y buena parte de estos recursos extras se destinaron
a desarrollo de nuevas carreras e infraestructura física en el Interior.
Este esfuerzo presupuestal llevó a que en
2014 la UdelaR esté ofreciendo más de 70 carreras en el Interior para alrededor
de 10.000 estudiantes. [1] En términos de estructura organizativa, se ha
adoptado una estrategia de dividir el Interior en grandes regiones gobernadas
por centros regionales (cenures) con cierta autonomía presupuestal. Cada uno de
estos centros regionales tiene a su cargo carreras en distintos puntos
geográficos dentro de su región de referencia. El Cenur Noreste tiene carreras
en las ciudades de Tacuarembó y Rivera; el Cenur Noroeste en Salto, Paysandú y
Artigas-Bella Unión; el Cenur Este en Maldonado, Rocha y Treinta y Tres. [2] Asimismo,
se espera para el próximo quinquenio el desarrollo de uno o dos nuevos cenures
para las zonas centro-sur y suroeste.
La forma que ha adquirido el proceso de
descentralización de la UdelaR configura entonces un panorama de gran
dispersión de la oferta educativa en el Interior. En el párrafo anterior
enumeré nueve localidades distintas, lo que arroja un promedio de menos de 10
carreras por localidad, con algunas localidades con solo una o dos carreras. De
continuar la misma estrategia para las zonas centro-sur y suroeste, la
institución parecería converger hacia una realidad en la que cada capital
departamental tendría alguna carrera de la UdelaR.
Descentralizar concentrando
En el mundo las universidades en general
se concentran en un único campus universitario o en varios campus o edificios
en una misma ciudad. Que la UdelaR esté yendo en los últimos años por un camino
distinto al predominante no está mal necesariamente, pero cabe preguntarse por
qué será que en general las universidades tienden a concentrarse geográficamente.
Una respuesta general y abstracta a esta pregunta es que existen diversas
economías de aglomeración en las actividades universitarias que justifican que
estas se realicen en un mismo campus o al menos en una misma ciudad. La idea de
economías de aglomeración refiere a que es menos costoso (o más productivo)
concentrar geográficamente actividades que realizar esas actividades en
distintos lugares.
El ejemplo de economías de aglomeración en
las universidades que más rápido viene a la mente es el aprovechamiento de
infraestructuras comunes. Aulas, bibliotecas, laboratorios, servicios de salud,
alimentación y recreación para estudiantes, entre otros, pueden aprovecharse de
forma común por estudiantes y docentes que residen en una misma ciudad, pero no
si están distanciados por decenas o cientos de kilómetros unos de otros. Otra
economía de aglomeración importante es que estudiantes de grado y posgrado
residentes en una misma ciudad pueden acceder a muchos cursos correspondientes
a diversas carreras y Facultades, algo que no sucedería si el estudiante asiste
a un centro universitario con unas pocas carreras. Si bien la llamada movilidad
horizontal de estudiantes ha sido tradicionalmente muy escasa en la UdelaR, en
los últimos años se ha avanzado bastante en este sentido, acompañando una
tendencia muy clara a nivel internacional de otorgar más flexibilidad a la
formación de grado.
Los ejemplos anteriores pueden entenderse
como una justificación de eficiencia según la cual debería evitarse seguir
dispersando en exceso las actividades de la UdelaR y tender primero a
fortalecer unos pocos centros. De forma complementaria, la misma idea puede
utilizarse también para construir una justificación desde el punto de vista de
la equidad en la calidad de la educación terciaria en los distintos puntos del
país. Esta preocupación por la equidad en la calidad es distinta a la que
comúnmente se enfoca en comparar la calidad relativa de materias, cursos y
carreras en distintos puntos del país. Implica valorar que los estudiantes de
localidades del Interior donde se ofrecen pocas carreras están en desventaja,
pues no pueden aprovechar las infraestructuras comunes y no tienen las mismas
posibilidades de movilidad horizontal que sus pares en Montevideo. Argumentos
de equidad y eficiencia justifican entonces continuar con el crecimiento en el Interior
pero con menor dispersión geográfica. Para esto se debe resistir a la tentación
de hacer en cada pueblo una carrera e invertir primero en consolidar dos o tres
centros importantes.
Antes de pasar a la discusión sobre la
necesidad de transformar la UdelaR en varias universidades autónomas, cabe
preguntarse por qué si las economías de aglomeración son tan importantes no
deberíamos concentrar todas las actividades en Montevideo. Así como sucede con
las ciudades, que cuando se vuelven demasiado grandes los aspectos negativos de
la aglomeración (contaminación, costo de
transporte, etc.) comienzan a dominar sobre los positivos (acceso a variedad de
servicios para consumidores, colaboración entre productores), es probable que
en el caso de la enorme UdelaR en Montevideo las economías de aglomeración
estén agotadas o que incluso hayamos alcanzado la etapa de deseconomías de
aglomeración en la que un mayor tamaño resta más de lo que suma. Más allá de
esta breve digresión, existen por supuesto varias razones más importantes que
justifican que exista una mayor oferta de educación terciaria en el Interior
del país. Sin entrar en detalle, entre estas razones de primer orden están,
entre otras, la preocupación por el desarrollo económico equilibrado del país y
por la equidad en el acceso.
Varias UdelaRes autónomas y cogobernadas
El punto clave que justifica que la
necesaria nueva Ley Orgánica de la UdelaR tenga que crear varias UdelaRes
autónomas radica en una economía de aglomeración quizá menos trivial pero muy
importante en el caso de la UdelaR: la vinculada a los costos de aplicar el
modelo de gestión democrática y cogobernada a escala nacional con varios
centros bajo un gobierno único. Los principios de autonomía y cogobierno son
parte esencial de la UdelaR y consagran el gobierno democrático de las universidades
por parte de sus estudiante y docentes, pero los costos del cogobierno en una
universidad de múltiples sedes ya se hacen sentir y se irán agravando. Los
sufren las autoridades que tienen que desplazarse para concurrir a reuniones y
también los órdenes a los que se les dificulta el diálogo con sus compañeros
que viven, trabajan, estudian a cientos de kilómetros de distancia. Es difícil
por ejemplo que un estudiante o docente de la Regional Norte de Salto pueda
participar activamente de las tareas de cogobierno de la UdelaR centradas en
Montevideo. Otro problema importante para la UdelaR de gobierno único y varias
sedes es lidiar con el conflicto respecto al reparto de fondos entre las sedes.
Este conflicto ya ha aparecido con fuerza en el debate por el nuevo rector tras
declaraciones del candidato Markarián y será costoso para una UdelaR única
manejarlo.
El cogobierno en las universidades, así
como en muchas otras instituciones, es más sencillo cuando se realiza a nivel
local, donde los universitarios pueden juntarse a discutir y tomar definiciones.
Es razonable pensar que es solo cuestión de tiempo para que de los centros del Interior
surjan fuertes movimientos autonomistas que lleven a la necesaria reforma.
Mientras tanto sería bueno resistir la actual tendencia de gran dispersión de
la oferta educativa en el territorio e ir pensando en el diseño institucional
de ese inevitable escenario en el que varias universidades públicas, algunas
nacidas como sedes de la propia UdelaR, convivan en el país.
Referencias
[1] Blog del prorrector Gregory Randal http://www.cci.edu.uy/blogs/gregory-randall/%C2%BFqu%C3%A9-est%C3%A1-pasando-en-ense%C3%B1anza-en-el-interior
[2] Folleto de difusión sobre carreras en el Interior. Disponible en http://www.universidad.edu.uy/renderResource/index/resourceId/28938/siteId/1