Por qué deberíamos aumentar los salarios docentes

Es probable que en el contexto de la actual Rendición de Cuentas no exista margen económico y en especial político para aumentar el salario docente más de lo que ha propuesto el gobierno. Sin embargo, creo que es una buena ocasión para discutir sobre el nivel de los salarios docentes e incluso sobre el estado más general de la educación en Uruguay. En lo que sigue me limitaré a lo primero y argumentaré que el salario docente en Uruguay debiera ser más alto sin referirme a si su nivel actual es justo o injusto, digno o indigno o si debería alcanzar la media canasta y si dicha media canasta la deberíamos ver media llena o media vacía. El argumento de que el salario ha sido y es bajo se basa en algunos datos sobre la cantidad y calidad de los docentes, entendiendo que éstas responden fundamentalmente al nivel salarial relativo.

El salario influye en las decisiones que toman las personas sobre a qué dedicarse. No es lo único importante pero quizá sea lo más importante. Otra obviedad, perdonen, es que lo que importa para esas decisiones es el salario relativo, es decir comparado con otros salarios. El salario relativo docente ha sido tan bajo en las últimas tres décadas [1] y es todavía tan bajo que sus consecuencias en la cantidad y calidad de los docentes son evidentes.

Miremos 3 ejemplos de lo que tengo en mente cuando pienso en las consecuencias del nivel relativo de los salarios docentes sobre la cantidad y calidad de los docentes. 

Primero. En los últimos años se ha repetido un fenómeno interesante en cada marzo: faltan maestros.[2] Esto es el fenómeno más extremo de las consecuencias del salario bajo. No es solo que la profesión no esté atrayendo quizá a quienes tengan más vocación y capacidad [3], simplemente no alcanzan quienes eligen esta profesión para cubrir los puestos vacantes. Pero quizá esto que pasa en primaria no sea tan extremo si miramos al segundo ejemplo que tiene que ver con lo que pasa en secundaria desde hace décadas.

Segundo. La proporción de docentes titulados en secundaria en 2007 era de 60% solamente (Censo Nacional Docente 2007). El dato no es tan reciente pero el tercer dato a continuación indica que la proporción de titulados difícilmente habrá mejorado como para estar en un nivel decente.

Tercero. La matriculación en carreras de profesorado y magisterio ha permanecido totalmente estancada en los últimos años, al menos desde 2004.[4] De acuerdo con este indicador parece difícil entonces revertir la falta de docentes referida en los puntos primero y segundo.

Entiendo que estos tres ejemplos dejan claro el punto de la nota. El salario no es lo único importante en la definición de cuan atractiva es una profesión pero es razonable pensar que es lo más importante. Si queremos más y mejores docentes debemos hacer más atractiva la profesión mediante, entre otras cosas, aumentar sustancialmente el salario relativo.

En el marco del debate de las últimas semanas es común la referencia a cuánto ha aumentado el salario real docente en los últimos años para justificar que no debiera aumentarse más. Pero si es cierto que una perspectiva fundamental del problema es el salario relativo debiéramos entonces mirar que sucedió con el resto de los salarios en la economía. Mientras los salarios docentes se incrementaron en promedio en términos reales en 56% entre 2004 y 2012 el promedio de salarios en Uruguay se incrementó en 49%, pequeña diferencia para la situación de enorme rezago de la que se partió en 2004.[5]

Por último, existen experiencias varias que indican que grandes aumentos salariales no mejoran resultados si no existen otras acciones planificadas que acompañen los incrementos salariales. Se me ocurre como ejemplo el gran aumento de salario relativo de este período de gobierno, el de los policías.  Me parece que se precisan planes y mucho esfuerzo político en la educación más que ninguna otra cosa en Uruguay pero cuando estén los planes y la prioridad política que el tema merece habrá que buscar que el salario relativo docente sea acorde.



Guillermo Alves

Agradezco la oportunidad de compartir estas ideas en este lindo blog. 
Agradezco también a Natalia Nollenberger y Ernesto Alves por sus comentarios. 





[1]  La evidencia sobre el bajo presupuesto en las últimas tres décadas es clara en el gráfico del post de Santiago López Cariboni en este mismo blog http://razonesypersonas.blogspot.com/2013/05/uruguay-sus-competidores-y-la-carrera.html
[3]    Boado y Fernández (2010) presentan evidencia respecto al perfil de competencias de los matriculados en carreras docentes respecto a otras opciones de estudios terciarios.
[4]    Ver gráfico en página 137  del documento de Rendición de cuentas 2012. Recomiendo a los interesados en el tema educación la lectura del documento en especial del apartado 2.3.2 que tiene una buena batería de indicadores. http://mef.gub.uy/documentos/20130701rendicion_cuentas_2012_documento.pdf
[5]    El enorme rezago al que me refiero está implícito en el Gráfico referido en el pie de página [1]. Los datos de incremento de salarios son del documento de Rendición de Cuentas. Allí se reporta que el 56% subestima el aumento del presupuesto con destino a salarios docentes debido a que parte del incremento en salarios fue atado a programas. Entiendo de todos modos que la subestimación no es sustantiva como para invalidar el argumento. 

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