"Enredados" Foto de Matías Dodel |
Internet, esa
cosa desde donde me están leyendo y casi seguro trabajando y disfrutando de su
tiempo libre. Internet media a tal punto las actividades y tareas que hacemos
en nuestra vida cotidiana que es sustantivamente complejo generar medidas
confiables de cuánto tiempo pasamos en ella, así como tener un panorama
comprehensivo de cuánto tiempo le dedicamos a cada una de las cosas que hacemos
allí.
Sin embargo, eso
no evita que todos hablemos sobre Internet repitiendo lugares comunes y sin
tener mucha evidencia para sostener lo que repetimos. A riesgo de ser
monotemático con el asunto (ver mis artículos anteriores en Razones), esta vez quise escribir una nota un tanto más lineal o directa, por
llamarla de alguna manera: plantear algunos “lugares comunes” en el discurso
sobre Internet en Uruguay y los datos/fuentes que permiten refutarlos o, al
menos, ponerlos en contexto.
Acá van los 10
mitos que en mi opinión son más prevalentes en el paisito, así como varios
vínculos a estudios nacionales e internacionales que permiten componer una
visión un tanto más realista sobre los fenómenos a los que refieren.
Mito 1: Todo el mundo usa Internet
Lo que dice la evidencia:
En Uruguay
distintos estudios señalan que entre un 80% y 85% de la población adulta usó Internet al menos una
vez en los últimos 3 meses (datos EUTIC 2016 y WIP+DiSTO 2017 respectivamente), así como casi el 100% de los
niños y adolescentes de entre 6 y 17 años lo utilizaron alguna vez (Kids
Online Uruguay 2017).
En otras
palabras, si bien la mayoría de la población lo usa, no todo el mundo lo hace.
En la amplia mayoría de los estudios nacionales, las poblaciones no conectadas
tienden a ser de mayor edad y menor nivel educativo.
Algo similar
sucede con el uso frecuente de Internet (usarlo todos los días), aunque ese se
encuentra mucho menos extendido y democratizado. Según WIP+DiSTO 2017 el 68% de los uruguayos usa Internet a diario.
Sin embargo, mientras que el 86% de las personas de entre 18 y 29 años utiliza
Internet todos los días, sólo un 40% de los de 60 y más años lo hace. Algo
similar sucede con el nivel educativo, donde 9 de cada 10 uruguayos de nivel
educativo terciario utiliza diariamente Internet, pero solo 5 de cada 10 que no
han completado ciclo básico de secundaria o UTU.
Mito 2: Todo el mundo tiene Internet en su casa
Lo que dice la evidencia:
Tanto Kids Online Uruguay 2017, WIP+DiSTO 2017, así como la propia Encuesta Continua de Hogares señalan que esta afirmación es errónea.
El dato más reciente disponible (ECH 2018) señala que un 66,2 % de los hogares del país
tiene acceso a Internet (sin importar su tipo).
Es más, tanto en Kids Online Uruguay 2017 como WIP+DiSTO 2017, los hogares de nivel socioeconómico alto
duplican en acceso a Internet en el hogar a los de nivel socioeconómico bajo.
Si bien es cierto
que las brechas en el acceso a Internet se redujeron en los últimos años (ver
capítulo de contexto país en Kids Online Uruguay 2017), así como existen políticas comerciales
que proponen un acceso a Internet en el hogar a “costo cero” (aunque personalmente considero que no es un
acceso a Internet digno para 2019), las brechas de conectividad en el hogar se
encuentran lejos de obtener los logros en equidad alcanzados en relación a la
democratización del acceso a tablets y laptops en los hogares, o la
conectividad en los centros educativos.
Mito 3: Todos googleamos por información ante la
mínima duda que tengamos
Lo que dice la evidencia:
Aunque parezca
contraintuitivo, “nadie nace googleando”. Es más, aún en determinadas
actividades como buscar información sobre trámites estatales, la mayoría de la
población prefería ir directamente a una oficina pública aún en 2017 (WIP+DiSTO
2017).
No quiere decir
que esta práctica de “googlear” no esté creciendo. En la misma encuesta se
señala que quienes se dirigen a Internet como primera fuente para informarse
sobre cómo llegar a algún lugar pasaron de 40% en 2013 a 56% en 2017.
Sin embargo, tal
como en el acceso y uso, personas con menor nivel instrucción formal, de mayor edad
y residentes en hogares de menores ingresos, tienden a mencionar más -en
proporción- otros canales de información/comunicación antes que Internet
Mito 4: Los niños y adolescentes son nativos digitales
Lo que dice la evidencia:
Tanto en Kids Online Uruguay 2017 como WIP+DiSTO 2017 visibilizan que no todos los uruguayos consideran
poder realizar una serie de tareas o competencias claves para el mundo digital
hoy.
Asimismo, desde
el marco conceptual y metodológico que utilizan ambos estudios para medirlas, existen distintos tipos de habilidades o competencias digitales,
muchas de las cuales responden a cuestiones de autocuidado, prácticas sociales
y creativas, que poco tienen que ver con saber abrir un archivo o descargar una
película online. Haber sido criado con una pantalla táctil desde pequeño no
tiene una relación lineal con adquirir la competencia para darse cuenta qué
tipos de contenidos publicar en diversos contextos sociales.
Por ejemplo, en
base a Kids Online Uruguay 2017 es posible constatar que los niños tienden a declarar un mayor nivel de
habilidades digitales que sus padres o adultos responsables. Sin embargo, en la
amplia mayoría de los ítems indagados, existe una varianza considerable a la
interna de los niños; al punto tal que, en diversos ítems, la distancia entre
niños y adultos es igual o menor que la que existe entre los propios pares.
WIP+DiSTO 2017, por su parte, señala que a nivel agregado
(medidas resumen del total de habilidades), existen diferencias
estadísticamente significativas en las habilidades digitales entre grupos de
uruguayos mayores de edad, principalmente en función de sus grupos edad y nivel
educativo.
Pero esto no es
algo ni nuevo ni oriental, diversos estudios han señalado desde hace años que hablar de
nativos digitales es un error.
Mito 5: A mayor tiempo frente a las pantallas
digitales, mayores son las chances de problemas de salud mental en niños y
adolescentes.
Lo que dice la evidencia:
Bueno, aquí la
academia debe hacer un mea culpa
gigantesco. Varios estudios de un grupo de académicos relativamente respetados proponen
un vínculo causal entre horas de pantalla y efectos negativos en la salud
mental, como depresión o intentos de autoeliminación; estos estudios sí existen, fueron publicados en journals respetables y
tuvieron importante difusión mediática. Sucede que se retroalimentaron con miedos y pánicos propios de la masificación de nuevas tecnologías.
Sin embargo, no
todos los estudios son de igual calidad. Una serie de investigaciones más
recientes, de mayor sofisticación metodológica y con muestras de mayor tamaño y
calidad, refutan los trabajos de Twenge y compañía. No sólo relativizan el impacto de los tiempos de pantalla
(p.ej. que serían necesarias 63 horas al día de pantalla para ver efectos), sino que los ponen en contexto de otros “riesgos
contemporáneos” como comer papas o usar lentes (recomiendo particularmente este
último artículo que destruye los resultados alarmistas de los estudios Twenge).
Mi consejo
personal es seguir una guía básica y de sentido común para evitar el riesgo en
niños y adolescentes por el uso de tecnología: no es cuánto tiempo usen, sino para qué
usan los dispositivos.
Mito 6: Los niños y adolescentes tienen enormes problemas de adicción a Internet
Lo que dice la evidencia:
Según Kids Online Uruguay 2017, entre un 10% y 14% de los niños y
adolescentes uruguayos manifestaron haber tenido un problema como consecuencia
de un bajo autocontrol en el uso de Internet (bajar sus notas de clase, perder
sueño o comida, o problemas con familia o amigos).
Sin negar la existencia
de la problemática, según los datos con los que contamos -por primera vez a
nivel país y estadísticamente representativos de niños y adolescentes- no parece existir tal epidemia o, quizás, sus
proporciones son muchísimo menores a las que se consideran en prensa.
Es cierto que los
niños tienen problemas para regular su uso de Internet…pero la situación parece
ser similar en jóvenes y adultos y, según los niños, no estamos poniendo el
mejor ejemplo. La principal queja de niños y adolescentes al hablar sobre abuso
del uso de Internet refería a sus padres y familia en ámbitos de interacción con ellos (Kids
Online Uruguay 2017). Si bien siempre es más fácil ver la paja en el ojo
ajeno, quizás debamos reformular esta afirmación en términos de la dificultad
que tenemos todos para autorregular el uso de Internet (no sólo los niños) y
qué tipo de prácticas de autocuidado debemos incentivar los adultos (en
nosotros y los más pequeños).
Mito 7: La culpa de las “fake news” la tienen los
bots
Lo que dice la evidencia:
Además de que
parece ser un poco más pertinente el uso del término
“desinformación” que el de “fake news”, los humanos tendríamos más
responsabilidad que los robots en su propagación. Y si bien es claro que los
bots son un fenómeno clave a estudiar, no únicamente lo son en relación a las fake news.
Vosoughi, Roy y Aral (2017) estudiaron la propagación de noticias falsas
y verdaderas en twitter (aproximadamente 126.000 historias, twiteadas por cerca
de 3 millones de personas más de 4.5 millones de veces). A través de
fact-chekers independientes clasificaron entre noticias falsas y verdaderas, y
a partir de allí realizaron su análisis.
Además de
proporcionar evidencia de que las noticias falsas se difunden más rápido y
llegan más “lejos” que las veraces (y sobre todo las que versan sobre política),
encontraron que los bots difunden en igual proporción noticias falsas y
verdaderas; es el accionar de los seres humanos que genera la mencionada diferencia a
favor de la propagación de las noticias falsas.
Mito 8: No hay que usar Wikipedia para informarse
sobre un tema
Lo que dice la evidencia:
Paradójicamente, la entrada de Wikipedia en Wikipedia (en inglés es más detallada) es de las
mejores fuentes de información sobre Wikipedia en sí misma. Sucede que por más
contra-intuitivo que parezca, esto del conocimiento colaborativo (con una comunidad
solvente detrás), donde “todos” pueden participar, funciona relativamente bien.
Sin embargo, Wikipedia no es un campo anárquico y propenso a la vandalización
(aunque a veces tenga mucha prensa): Wikipedia es una suerte de anarquía con
controles (ver la mencionada entrada).
Es cierto que Wikipedia posee un número
considerable de errores, pero también los poseía la enciclopedia británica (y
eso que era mucho más estanca). Nuevamente, la entrada de Wikipedia sobre la Veracidad de Wikipedia es la lectura más recomendable para
pensar esta cuestión.
Lejos de seguir los consejos de algunos
maestros y docentes de NO utilizar Wikipedia para aprender sobre un tema, parece más razonable utilizar el sitio como
puerta de entrada para temas que no conocemos. Debido a los controles o reglas de la
anarquía colaborativa, quienes editan en Wikipedia deben encontrar fuentes (en
plural) y fundamentar los datos y afirmaciones que sostienen; sobre todo cuando
las temáticas son sensibles o hay más de una teoría/postura al respecto. Esta
práctica de referenciar, que no se encuentra tan extendida en otros medios de
información (aún educativos), hacen de Wikipedia una excelente puerta de
entrada (pero no de salida) en las más diferentes temáticas: es probable que incluya vínculos externos por
donde continuar la búsqueda.
Mito 9: Ya nadie usa Facebook en Uruguay
Lo que dice la evidencia:
Facebook continúa
siendo la primer o segunda red social que más internautas uruguayos dicen
utilizar; la primera entre los mayores de edad (84% según WIP+DiSTO 2017) como la segunda o tercera en los menores (64% Kids Online Uruguay 2017).
Lo que sí parece
ser cierto es que los más jóvenes, en proporción, usan menos esta red. Asimismo,
la mayoría de los estudios nacionales miden solo el uso de la red / tener una cuenta en
la misma, mas no frecuencia o intensidad. Es posible que los más jóvenes tiendan
no sólo a tener menos usuarios de Facebook, sino también utilizar la red menos
asiduamente. Sucede que necesitamos más y mejores datos para poder realizar afirmaciones de este tipo.
No obstante, Mark
Zuckerberg no tiene mucho que preocuparse: Whatsapp e Instragram (las otras dos
que ocupan el podio entre las redes sociales en Uruguay junto con Youtube y Facebook) son propiedad de Facebook
Inc.
Más allá de toda
esta discusión, si alguien quiere comunicarse con uruguayos a través de redes
sociales, apostar a Facebook Inc., al menos al día de hoy, parece por lejos la
más eficaz de las alternativas.
Mito 10: Las cosas importantes en Uruguay pasan siempre
por Twitter
Lo que dice la evidencia:
Sin negar la
relevancia mediática que tiene esta red, parecería ser que es relevante más por
quiénes la usan y su vínculo con los medios tradicionales, que por cuánta gente
la utiliza.
Tanto en adultos
como en niños y adolescentes el uso de Twitter es relativamente marginal. Menos
de 1 de cada 5 internautas uruguayos usa/tiene una cuenta en Twitter (sin importar
si son mayores o menores de edad; WIP+DiSTO 2017, Kids Online Uruguay 2017).
Probablemente suceda que, el
perfil general de los usuarios (en proporción más jóvenes y educados) y, sobre
todo, que el perfil mediático de determinadas cuentas de peso en número se seguidores (más asociadas al mundo
político, periodístico, deportivo o de la farándula) junto al carácter abierto/público
de sus contenidos, propicien que muchas de las discusiones o contenidos de
Twitter sean replicados en medios más tradicionales (como canales de TV o radio,
informativos, periódicos, portales de noticias etc.).
Tomado de Razones y Personas. Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución 3.0 No portada.