Comercio y desarrollo: una relación compleja

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Una de las convicciones más arraigadas entre los economistas es que la globalización afecta de forma positiva el bienestar de la gente. Esta idea es posiblemente también una de las que menos calan en los ciudadanos no economistas. En Uruguay, la disociación entre lo que parecen pensar los técnicos y la sociedad respecto a las posibilidades que el libre comercio abre parecen ser enormes. En este post planteo un breve resumen de lo que las literaturas teórica y empírica dicen sobre el tema, desde la economía y desde la historia económica, que en los últimos años ha contribuido a matizar lo que antes era un consenso rígido entre economistas.

¿Cómo afecta la apertura comercial a las economías? ¿Alcanzaron las economías más desarrolladas altos niveles de bienestar a expensas de las regiones más pobres? ¿Presenta el caso de Uruguay particularidades relevantes? Una interesante corriente de trabajos analiza estas preguntas. En lo que sigue presento mi síntesis.

Corto plazo vs largo plazo en la teoría

La literatura económica ha tratado de forma generalmente separada los efectos de corto plazo y largo plazo que la apertura comercial puede tener sobre una economía. La noción de que los efectos de corto plazo son generalmente positivos está ampliamente extendida entre los expertos y se basa en la idea de que liberalizar el comercio reduce el precio de las importaciones, mueve los recursos productivos hacia las actividades más eficientes (lo que aumenta la eficiencia general de la economía) y aumenta la variedad de bienes disponibles para el consumo (algo que los consumidores valoran de por sí y por tanto representa un beneficio). Si bien la relocalización de recursos entre actividades productivas implica que algunas empresas cierren y otras se expandan, teóricamente el efecto neto suele evaluarse como positivo, lo que implicaría que abrir una economía al comercio es positivo en el corto plazo.

El consenso entre economistas no es tan grande cuando se evalúa lo que pasa en el largo plazo. La teoría explica que existen beneficios extra derivados de las economías de escala que una economía puede obtener al especializarse. Además, empresas que venden a un mercado más amplio lograrían cubrir más fácilmente los costos de innovar y podrían aprender técnicas de un número mayor de competidores/proveedores. Este tipo de efectos positivos son bien conocidos, pero existe también la posibilidad de efectos negativos. Una especialización en sectores poco dinámicos puede determinar en el largo plazo una tasa de crecimiento menor al promedio. Típicamente, la especialización en la producción de bienes primarios está asociada a una tasa relativamente baja de crecimiento dado que la innovación tecnológica ocurre más lentamente y es menos transferible en esa actividad, en comparación con actividades industriales o de servicios. Por otro lado, la demanda de trabajo calificado en el sector primario suele ser menos dinámica que en otros sectores lo que puede inhibir la formación de capital humano (un fuerte motor del crecimiento económico). La especialización en actividades rurales suele generar un menor fomento relativo a la formación de ciudades, las cuales están relacionadas a economías de aglomeración y otras externalidades positivas. Finalmente, la producción primaria está correlacionada con la formación de instituciones que no suelen favorecer el desarrollo.

Evidencia empírica

Cuando la teoría no arroja un resultado claro, mirar qué dicen los datos se vuelve determinante. En general, la evidencia empírica que viene desde la economía respalda la idea de que mayor apertura comercial reporta mayor crecimiento en el largo plazo. Diversos análisis indican que, desde la segunda Guerra Mundial, los países que crecen más han sido los que más se han abierto al comercio. Si bien esto es muy indicativo, esta conclusión parece incompleta cuando se la combina con la que es aportada para períodos de tiempo más largos (aunque con datos de peor calidad) desde la historia económica. De hecho, la evidencia empírica histórica parece respaldar la idea de que el tipo de especialización, determinado por la abundancia relativa de factores productivos iniciales, juega un rol muy importante en el proceso de crecimiento futuro. Galor y Mountford (2008) explican que, durante el período de apertura comercial del siglo XIX, las diferencias iniciales en la dotación relativa de factores determinaron claros patrones de división internacional del trabajo que fueron fundamentales para explicar la gran divergencia que siguió. Las economías que poseían mayores niveles relativos de trabajo calificado y capital se especializaron en actividades económicas basadas en esos recursos y lograron crecer más que el resto. Otros trabajos encuentran conclusiones similares (ver por ejemplo Williamson 2011). Sin embargo, el hecho de que existan varias economías exitosas con una especialización originaria en recursos naturales (Canadá, Australia, Noruega, etc.) muestra que, en realidad, la calidad institucional al momento de la apertura comercial tiene también un peso importante en el proceso de desarrollo (ver Robinson et al 2006 o una síntesis de la literatura en Meissner 2014).

Es importante resaltar que cuando se afirma que un episodio de apertura comercial beneficia de forma diferencial a las diferentes partes según la especialización que adopte cada uno, al mismo tiempo se está resaltando que, para un país dado, la apertura con un socio dado reporta resultados diferentes que con otro.

Uruguay

La literatura muestra casos de economías que crecen mucho al abrirse (como el Reino Unido durante el siglo XIX), casos de economías que logran crecer muy bien incluso con altas tarifas (como China durante las últimas décadas del siglo XX), y casos mixtos en los que la protección comercial opera como paso previo a la liberalización (sudeste asiático en la segunda mitad del siglo XX). Las características de las economías deben dictar la estrategia óptima. En el caso de Uruguay, con alto grado de especialización en el sector en el que posee ventaja comparativa (el sector agropecuario), no parece haber mucho margen para ganancias de eficiencia derivadas de la relocalización de recursos entre sectores promovidas por la apertura comercial. En el mismo sentido, resulta difícil pensar que una profundización de su especialización conllevaría un aceleramiento del crecimiento en el largo plazo. De todos modos, mayor apertura seguramente traería ventajas por el lado de menores precios y más variedad de productos y podría generar ganancias de eficiencias por relocalización de recursos dentro de los sectores. Sin embargo, la evidencia también parece resaltar que, para casos como el uruguayo, hay un buen margen para políticas de promoción de sectores no tradicionales que puedan dinamizar la economía en el largo plazo. Los tratados de libre comercio (TLC) normalmente afectan de forma importante la plausibilidad de este tipo de desarrollos (tanto positivos como negativos), en la medida que crecientemente implican, no solo reducción bilateral de tarifas sino, cambios en las regulaciones de diferentes sectores.

Lamentablemente, un tema complejo y con muchas aristas parece ser abordado en Uruguay con poca rigurosidad técnica. Más que análisis, lo que prevalece son posiciones atrincheradas tanto a favor como en contra de los TLC. Quienes se oponen a todo TLC están obviando ventajas claras que el comercio puede traer a la sociedad hoy y en el futuro. Quienes pregonan a favor de todo TLC ignoran que los efectos son extremadamente heterogéneos y que los beneficios que pueden aparecer abriendo el comercio con un socio no son los mismos que con otro.


Referencias
Galor, O. y Mountford, A. (2008). Trading population for productivity: theory and evidence. The Review of Economic Studies, 75 (4), pp. 1143-1179.
Meissner, C.M. (2014). Growth from globalization? A view from the very long run. Handbook of Economic Growth, Vol 2B, Ch 8. Editado por Aghion P. y Durlauf S.N.
Robinson, J.A., Torvik, R., Verdier, T. (2006). Political foundations of the resource curse. Journal of Development Economics, 79 (2), pp. 447-468.
Williamson, J.G. (2011). Trade and Poverty: when the third world fell behind. MIT Press. Cambridge Mass.



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