Paso la Piedra y no la recibo

La reciente muerte de un joven padre a manos de un homicida en el centrico local de la Pasiva en Montevideo consternó a la opinión pública uruguaya. El pasado lunes aproximadamente dos mil personas (la cifra varía según el medio) se reunieron enfrente a la Plaza Independencia y corearon "Bonomi inepto, vos sos culpable de esto". La manifestación fue organizada, aparentemente, por una militante del Partido Colorado. La marcha fue acompañada por políticos de todos los partidos, la principal central sindical en Uruguay, asociaciones de comerciantes, y vícitmas. La militante del Partido Colorado leyó una proclama que posteriormente fue entregada a Presidencia.En este post quiero ayudar a pensar como se da "el arte de trasladar la culpa" en Uruguay y aportar algunas ideas para la solución del problema.

Los juegos de culpa


La muerte de esta persona tiene por el momento un autor, y posiblemente en términos de derecho penal, otros dos co-autores. Pero obviamente, quien coreaba ayer en la plaza, y quienes en las redes sociales han solicitado "viva voce" la pena de muerte para todos los "planchas", tienen en mente no solo el evento pasado sino también otros eventos recientes y el clima de inseguridad que se vive en Uruguay. Para este grupo de personas, quien notoriamente tiene la "culpa" de todo esto, es el gobierno (en particular el Ministro del Interior), que no hace lo suficiente por poner mano dura. En sus palabras, pretenden que el gobierno comunique; "señores delincuentes, sepan que este gobierno está para defender a trabajadores honestos, no dejaremos piedra sin mover y serán juzgados con todo el peso de la ley".


No todos están de acuerdo. Hace ya al menos 7 años existe un discurso en Uruguay que vincula la criminalidad y la violencia a la droga. La droga, es entendida como la última culpable de que la violencia estalle de esta forma. En palabras de mi abuelo "los chorros de antes eran otra cosa" y en palabras del Ministro del Interior "Me queda la duda si el que dispara estaba drogado. Salta el mostrador con una agilidad bárbara, puede estar necesitando droga". En este blog, Nicolás Trajtenberg ha mencionado que esa relación no está tan probada ni es tan directa (aunque bien puede existir), pero dista mucho de la imagen de los míticos personajes de Ciudad de Dios, Dadinho y Ze Pequenho.


Pero la droga aparece de alguna forma. Para una narrativa eso se debió a la gran crisis del año 2002, que fue responsabilidad única del Presidente Jorge Batlle. Al menos así, piensa Lucía Topolansky, primera senadora del Frente Amplio, y es generalmente una narrativa común dentro de la izquierda uruguaya, obviamente en desacuerdo con el Partido Colorado.


Otros posibles culpables son los medios de comunicación Tal vez mostrar las imágenes de forma cruda al aire no aporte demasiado, aunque es algo a lo cual la televisión uruguaya nos tiene bastante acostumbrados, desde el famoso incidente de la perra en Nueva Palmira. Para esta versión, la culpa estaría en la forma en la cual se "agravan" los problemas en los medios y el "sesgo negativo" que estos tienen. Aunque si es cierto que muchos medios de prensa tienen un "sesgo" para reportar noticias negativas, no es totalmente cierto que todos los medios de prensa, lo hagan constantemente.

Finalmente, aunque no necesariamente vinculado a este hecho delictivo, la culpa puede ser atribuida a los múltiples problemas de gestión que tiene la policía, que van desde el reclutamiento de su personal, el equipo disponible, el entrenamiento que recibe, así como los tiempos de respuesta de sus móviles. La culpa es entonces de la institución (y de paso, de los gobiernos anteriores, sean estos de izquierda o derecha).

El arte de trasladar la culpa a otro es una de las tradiciones más viejas que existen en política y es algo que se le conoce como "los juegos de culpa" (Hood, 2010), o "pasar la piedra", "el juego de la mancha" entre otras variantes; y para analizarlo se precisan no solos los datos duros (que tenemos pocos y no necesariamente fiables en Uruguay) sino también relato.


La marcha de ayer concretó una tendencia que existe en el mundo occidental hace mucho tiempo y que Furedi define como la obsesión con el miedo, y a sus promotores cómo los "empresarios del miedo". Tener miedo está bien, es una respuesta natural, pero cuando vivimos teniendo miedo, es síntoma que algo no marcha bien. En el caso uruguayo, porque nuestras cifras no son del todo confiables y porque definitivamente faltan recursos y tiempo, no podemos saber exactamente que está mal, pero si sabemos que hay muchos "emprendedores del miedo" dispuestos a usarlo, y a reclamar cualquier cosa (incluyendo la pena de muerte) con tal de satisfacer ciertas agendas. Al decir del ex Primer Ministro británico Harold Wilson, "la política es acerca de cómo se presentan las cosas, y lo que no es eso, es acerca de cuando se hace". En este caso esta marcha fue convocada por una militante del Partido Colorado, lo cual de cierta forma genera una división partidaria en torno al tema, pero el momento fue apropiado. La empresa del miedo, por acumulación, comienza a cristalizar.


Por otro lado, es interesante que un grupo de personas de todos los sectores adhieran a la marcha. En términos de estrategia de presentación, estos actores se presentan como distantes al gobierno (aún siendo parte de él) reclamando junto al pueblo. La culpa, claramente, no es de ellos. Es del gobierno, o tal vez de alguien más. Otros eligieron acompañar la marcha pero no estar presentes para no "politizar" el tema. Lo cierto es que todos corrieron de la culpa, y a los efectos de convertirla en virtud, todos se unieron contra la inseguridad.


¿ Y donde está el culpable?


Si tuvieramos esta respuesta, la nota no tendría sentido. Habiendo sido víctima mi familia y amigos de varias actividades delictivas, lo considero un tema serio. Por eso, no voy a culpar a nadie, sino a hacer algunas preguntas que me parecen "de cajón".

¿Cómo llega el arma a las manos del delincuente? No se necesita ser muy inteligente para darse cuenta que el arma es probablemente ilegal y que Uruguay tiene un problema serio en términos de circulación de armas ligeras. Algunos miembros del gobierno y la oposición instan a la gente a "armarse" olvidándose de los problemas que ello trae. Si alguien va a armarse, más vale que sepa como usar un arma, y este dispuesto a hacerlo. Son dos áreas de una política pública de seguridad que se debería trabajar más.

¿Cómo usar mejor las cámaras de seguridad? De acuerdo a la densidad de delitos debe haber sin duda un plan de cámaras de seguridad que permitan monitorear lo que pasa. Esto, no con el fin de ser una sociedad al estilo "gran hermano", sino de contar con más información en los procesos forenses y pruebas que permitan trabajar mejor a los operadores policiales. En resúmen no es instalar más cámaras a diestra y siniestra, sino el cómo hacerlo.

¿Cómo reducir la cantidad de dinero en efectivo en los puntos más vulnerables a este tipo de episodios? Más allá de la Pasiva, existen otros lugares vulnerables a los asaltos tales como el transporte público. La tecnología permite hoy que todo ese proceso se realice sin dinero de por medio, lo cual potencialmente puede salvar la vida de transportistas, taxistas y pasajeros. Esta es un área típica donde se precisa coordinación entre varios actores, que usualmente se pasan entre tira y aflojes, y que deberían emprender pasos o acelerarlos, por el bien de todos los involucrados.

¿Cómo reducir el problema de las denuncias no realizadas? Este problema presente debido a temas de gestión podría y debería mejorar senisblemente, y le daría a la policía mayor cercanía a las víctimas y a quienes analizan el problema mayores fuentes de información. Debería ser simple, fácil y respetuoso, algo que sabemos no pasa en todas las comisarias del país

¿Cómo lidiar con esta clase de criminal una vez que llega a prisión? No hay que hacerse los distraídos, las prisiones uruguayas solo perpetuan el delito. Nadie a nivel comparado tiene la respuesta absoluta de que hacer frente a determinados criminales, aún en prisión.

¿Cómo lidiar con las víctimas, dentro de la Policía y fuera de ella? Morir en servicio es algo noble, pero en Uruguay adquiere ribetes trágicos. No he podido confirmar el dato actual, pero hasta hace dos años el esquema indicaba que en función de la escala jerarquica se le pagaba más por su muerte a la familia del policia, lo cual es tal vez un resabio de un concepción militarista de la policía bastante mal entendida. La otra parte del problema es como apoyar a las víctimas del delito, resarcirlas y asistirles en su camino de vida. En eso el Estado debería también poner a sus programas sociales a trabajar más seriamente.

Si siguieron leyendo hasta aquí, creo que la pregunta final, es como ejercer liderazgo político en temas complejos, algo que todos quienes se han dedicado a esquivar la culpa o a culpar a otros, han evadido. Los líderes políticos muestran sus virtudes en momentos difíciles para guiar, liderar y potencialmente evitar un desborde. También los lideres políticos pueden jugar con las artes oscuras, promover el miedo y la intolerancia. ¿Cómo es que los líderes políticos deben reaccionar frente a esto? ¿Promoviendo linchamientos públicos o afirmando los valores liberales básicos en los cuales se fundó nuestro país, mientras reclaman seguridad? Paso la piedra y no la recibo.

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(Hood C. 2010) The Blame Game: Spin, Bureaucracy, and Self-Preservation in Government, Princeton

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