viernes, 15 de abril de 2011

Políticas de Estado, memoria y costos políticos

En estas últimas semanas, los debates sobre la Ley de caducidad y la baja de la edad de imputabilidad han acaparado la escena política del país. No es para menos. Aunque distanciados temáticamente, estas dos grandes discusiones tienen varios elementos en común. Aquí quiero llamar la atención sobre dos puntos. Primero, quisiera hablar sobre los usos de la memoria en la política uruguaya. En segundo lugar, quiero referirme brevemente sobre la necesidad de políticas de Estado, de acuerdos multipartidarios, para tratar de una mejor forma temas tan decisivos como los antes mencionados. 

Para empezar, ¿a que me refiero con la falta de memoria en la política uruguaya? Durante estas semanas, se ha repetido en innumerables ocasiones el argumento de que tenemos temas más urgentes que resolver que seguir revolviendo en el pasado. Creo que ese argumento pudiera tener algo de valor, si se estuviera discutiendo sobre cómo reparar a los familiares directos de las víctimas de la matanza de Salsipuedes. Pero realmente ¿se puede decir que se sigue perdiendo el tiempo en discutir temas del pasado cuando quienes torturaron, asesinaron e hicieron desaparecer a cientos de ciudadanos uruguayos aun caminan entre nosotros? ¿Cómo se les puede decir a los familiares de detenidos y desaparecidos que ese es un tema del pasado y que hoy nos debemos dedicar a otros problemas más importantes?
        Pensemos ahora en el tema de los menores y la campaña por bajar la edad de imputabilidad. Supongamos que efectivamente vamos a bajar la edad de imputabilidad a 16 años. Asumamos que las medidas se empiezan a aplicar este mismo año y que aquellos infractores de 16 años pasan a ser tratados por el derecho penal que hoy se aplica a los mayores de 18. Pero ahora pensemos que ese infractor de 16 años nació en 1995. Es decir, en el primer año de la segunda presidencia de Julio María Sanguinetti. Más aun, ese infractor entró a su primer año de escuela a comienzos del mandato de Jorge Batlle. En otras palabras, los 10 primeros años de vida de ese infractor de 16 años coincidieron con dos gobiernos Colorados. Lo problemático es que hoy en día es el mismo partido Colorado – incluso con Sanguinetti activamente juntando firmas- que propone una medida extremadamente radical y discutible para tratar con las generaciones que son producto del sistema educativo y bienestarista que sus propios gobiernos pusieron en práctica. Entonces, ¿debemos entender la recolección de firmas como el reconocimiento de un fracaso de las políticas para la niñez y la infancia de las gestiones del gobierno de Sanguinetti y Batlle? Si el problema de la inseguridad- como diagnostican los promotores de la campaña de firmas- esta en los menores que nacieron y se educaron mayormente bajo mandatos colorados ¿no nos deben sus dirigentes un ejercicio de autocritica respecto a este tema? ¿O acaso son sus gobiernos también un tema del pasado que no vale la pena discutir? La política uruguaya necesita apelar más a la memoria. Los mecanismos de rendición de cuentas en manos de los ciudadanos no pueden durar solo un ciclo electoral.
         El segundo punto refiere a las políticas de Estado. Seguridad, educación y derechos humanos han sido temas extremadamente importantes para la política nacional. Sin embargo, es notoria la ausencia de acuerdos multipartidarios y de políticas de Estado robustas sobre estos temas. Naturalmente, estos tres temas han sido utilizados en dinámicas electorales y partidistas que poco han colaborado en avanzar hacia soluciones satisfactorias. Lo que acaba de suceder con el tratamiento parlamentario de la Ley de Caducidad tendrá – sin lugar a dudas- repercusiones en la próxima campaña electoral de 2014. Hay evidencia para decir que durante los últimos meses el presidente Mujica y el vice-presidente Astori no han sido coherentes en su discurso sobre el tema. Pero por sobre todo, el resultado del último plebiscito no ha sido acatado tal como el hoy presidente dijo que sucedería en su gobierno. Así, la decisión tomada por la bancada del oficialismo tendrá un costo para esta fuerza política. La pregunta es ¿hasta dónde el país se puede permitir esos costos que pueden afectar al sistema político en su totalidad? Un acuerdo multipartidario para saldar el tema de las violaciones a los derechos humanos en Uruguay, hubiera sido un camino óptimo. Pero otra vez nos quedamos cortos, y la política electoral ha sido más fuerte.  

3 comentarios:

  1. Interesante perspectiva. En relación a la autocrítica, aún habiéndola, creo que las nuevas medidas con respecto a la juventud extremadamente violenta se imponen. No me refiero a "hacinarlos en cárceles de universidad de delito" sino, a como se propone, un instituto especial, aparte del INAU, que bien hace su trabajo en cuanto a los "no delincuentes" pero mal lo hace con estos gurises que se les escapan cada dos por tres y no saben brindarles el tratamiento y las oportunidades de re educación que se merecen. Víctimas y victimarios..sería una discusión eterna, pero mientras no asumir que estos chicos necesitan límites, sería por demás negligente con ellos mismos.
    Por otra parte, si bien la ley de caducidad, como la de amnistía, son terribles en cuanto a lo que han generado y aun generan en nuestra nación, y con ella a cada una de las personas que la conforman, en primer lugar, fueron útiles (y por algo las votaron todos). En segundo lugar estoy convencida que esta no era la forma de resolver tema de los desaparecidos y del castigo a los torturadores. Este no era el camino... víctimas hay cientos, miles, de un lado y del otro. Resabios de la dictadura y la guerrilla anterior a esta tienen consecuencias aún hoy. Seríamos miopes si no pudiéramos ver más allá de cada gobierno, de cada actor político para poder entender esta realidad tan compleja. Creo que hay que mirar con aumento en el lente... dado que políticas sociales hubo siempre. Así mismo y volviendo al tema que inevitablemente nos interpela hoy, el hecho de que el Goyo Álvarez esté preso y que Mujica sea presidente, de alguna forma nos muestra que el "cambio en paz" dio sus frutos y que la ley por más terrible que sea, si hay voluntad, permite juzgar a los torturadores y encarcelarlos. Y acá me pregunto, si realmente piensan que ahora los que no hablaron van a hablar? Si no se estará ilusionando a la gente desde parte del oficialismo... Acá también podrás contarme vos, que sabés más que yo de estos temas, que pasa con la ley de amnistía...
    En fin, creo que está bien que se revean los temas que nos duelen, que nos dañan como sociedad, siempre que la intención sea positiva para el presente y el futuro. La crítica de quedarse en el pasado no es para no tratar temas que en el presente nos afectan, es revolver y revivir el odio y el rencor sin un objetivo claro y sin la consecución de logros reales que resuelva este problema... más aún, ahora tenemos un problema nuevo y grande, muy grande. Ahora en uy hay gente que habla de dictadura...
    cómo nos arruinaron la vida guerrilleros tupas y milicos...
    salú cristiano. gracias por el blog.

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  2. No es un tema de memoria. Los pibes que van presos es por que son delincuentes y es muy rebuscado pensar de que su infancia fue durante los gobiernos colorados, lo que la juntada de firmas busca es solucionar un problema. que importa si el problema se origino en ese periodo de tiempo? el tema es que el fa no hace nada por arreglar el problema. Y si es mucho mas importante solucionar que la gente de bien pueda salir a la calle sin temor, y no seguir discutiendo sobre la dictadura.
    Salud, alguien que lee pero no comparte nada de lo que dice.

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  3. Interesante... sobre todo el punto de vista. En el tercer párrafo se habla de las incoherencias del PC y las consecuencias negativas que trajeron al Uruguay. Mientras tanto, en el cuarto párrafo se habla de las incoherencias del FA y las consecuencias negativas que estas tienen para la fuerza política. Si suponemos que está en el interés del articulo el éxito del país, se puede inferir fácilmente que el éxito del país tiene que ver con el éxito del FA. En otras palabras, si el FA gana en 2014, al Uruguay le seguirá yendo bien. De lo contrario, volveremos al pasado nefasto. Creo que es legítimo pensar así, aunque no esperaba este sesgo editorial al leer el blog. Igualmente los felicito por el espacio de opinión que generaron.

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