Figura 1 |
El 23 de enero pasado tuvo lugar la asamblea
de productores no agremiados del Uruguay en la ciudad de Durazno. A la misma,
de amplia convocatoria, se sumaron empresarios y gremiales empresariales. Ésta
asamblea ocurre en medio de un conflicto entre el gobierno –que entra en su
cuarto año de mandato– y los principales gremios empresariales.
El conflicto ha suscitado una amplia
cobertura en los medios –en pleno mes de enero– así como en las redes sociales.
El objetivo de ésta nota es analizar el mismo desde las redes sociales,
específicamente Twitter. La motivación de este análisis surge de la magnitud
que el tema ha cobrado en esta red. En particular, en la semana entre el 17 y
24 de enero, el tema generó en el entorno de 9500 interacciones en Twitter, lo
que para el pequeño Uruguay es un número particularmente importante.
El análisis de la interacción sobre el
conflicto en Twitter, dadas las dimensiones de la misma, deja tres conclusiones
importantes, que serán analizadas a continuación: a) el tema polarizó a la
opinión pública como pocos otros temas en el último tiempo; b) la mayoría de los principales líderes
políticos se abstuvieron –desde todos los partidos– de participar de las
discusiones en Twitter; c) cada macro-comunidad utiliza canales diferentes para
expresar sus puntos de vista.
Los contextos de largo y corto plazo en los
que ocurre el conflicto son los siguientes. En el largo plazo, el sector
productivo uruguayo ha gozado por un lado de una década de extraordinario
crecimiento a partir del llamado “boom
de las commodities”, asociado a un
proceso acelerado de incorporación de tecnología, mayormente liderado por la
llegada de Inversión Extranjera Directa, desde Argentina y otras partes del
mundo. Por otro lado, el gobierno del Frente Amplio llevó a cabo desde 2005 un
conjunto de reformas fundamentales que también generaron un efecto en el costo
de la producción. Entre ellas destacan la reforma impositiva y la formalización
del trabajo rural.
En el corto plazo, en un contexto de
moderación de los precios internacionales de los principales rubros de
exportación del Uruguay, el país sufrió un pico inflacionario entre 2015 y 2016
–llegando a 11% en abril de 2016– que fue subsecuentemente controlado en 2017,
y produjo un deterioro pronunciado del balance fiscal, que rondó el 4% del PIB
hacia fines de 2016 (actualmente ronda el 3.3% del PIB).[1]
En 2017, Uruguay tuvo un crecimiento por encima de lo previsto, del 3.6% del
PIB.
Para la realización del análisis se
extrajeron los Tweets referidos al conflicto en la semana comprendida entre el
17 y 24 de enero.[2] A
partir de esto, se procesaron los datos de modo de conocer quiénes son los
principales formadores de opinión; es decir aquellos “twiteros” que originan
conversaciones sobre el conflicto del agro y son “retwiteados” más veces. Éste
conflicto reporta una actividad importante en la plataforma, con 9528 entradas obtenidas
una vez que se limpiaron los datos.
a) El conflicto
que divide a la comunidad Twittera
El primer factor estructurador de la red es
la existencia de dos macro-comunidades razonablemente definidas (figura 1), una
de ellas compuesta por los medios de comunicación y analistas tradicionalmente
identificados con la oposición o al menos con un discurso más crítico con el
gobierno; y otra macro-comunidad, compuesta por medios de comunicación y
analistas identificados con el gobierno. Los vasos comunicantes entre ambas
macro-comunidades son escasos.
En el archivo PDF adjunto (figura 2) se
incorporan los identificadores a la red para aquellos nodos que tengan al menos
50 interacciones, lo que no se hace en la figura 1 para mejor visualización. No obstante distintas especificaciones de búsqueda producen cambios menores en autoridades de la red, el diseño es robusto a cambios en la estructura de ella misma, el rol de los principales lideres politicos y la forma de participación en la red.
b) La cautela política
El segundo factor estructurador de la red es
la participación cautelosa de los principales líderes políticos –en particular aquellos que
hacen un uso habitual de la red– en la discusión. los principales líderes
políticos no participan directamente en la misma a través de Twitter. Esto
puede ser interpretado como una señal de cautela de las principales figuras del
sistema político sobre el conflicto en general y la asamblea del 23 de enero en
particular.
c) Misma densidad,
diferentes canales
En tercer lugar, es interesante observar como
la cobertura en Twitter del conflicto es sumamente dispar entre ambas comunidades.
En primer lugar, existe una disparidad marcada en términos de participación en
la red de medios de comunicación dado que casi ninguno logra conectarse con ambas comunidades con similares grados de conexión. Mientras medios de prensa escrita y
canales de televisión son nodos centrales en la comunicación opositora, los
portales de noticias aparecen con vinculaciones marginales en la comunidad oficialista. Asimismo, las
expresiones desde analistas y figuras partidarias de segundo orden o cercanas a
los partidos son también sumamente dispares. Esto posiblemente obedezca en
parte al propio hecho de la cobertura del evento del 23 de enero por parte de quienes
pertenecen a las redes opositoras al gobierno, lo que aumenta el tráfico. Finalmente,
la comunidad cercana al gobierno tiene una interacción densa con cuentas
con seudónimo identificadas con la izquierda, mediante las cuales se hizo una
crítica intensa al agro, lo que permitió el uso del sarcasmo y la ironía en
mayor medida. La Figura 3 ilustra, a través de una nube de palabras, los
principales términos que se manejaron en la red social respecto de éste
conflicto. La nube se forma a partir de alrededor de 133,000 palabras,
presentando solamente aquellas que se repiten al menos 75 veces. Se quitaron los Hashtags #Agropalooza, #YoEstoyConElCampo y #UnSoloUruguay para privilegiar el análisis de los términos utilizados en los tweets.
A modo de cierre, el Uruguay enfrenta el desafío
de la consolidación del modelo de desarrollo que ha construido en estas décadas.
El presente conflicto abre al menos dos clivajes importantes, que han estado
presentes a lo largo de los siglos XX y XXI: estado-mercado y urbano-rural.
Mientras que la intensidad con que se formen los mismos es aún incierta, una
mirada a nuestra propia historia sugiere que la resolución de este tipo de
conflictos en el pasado no ha sido sencilla, incluso muchas veces traumática
tanto para las instituciones como para los uruguayos. En este sentido, apostar
por el diálogo, tanto en la arena política tradicional como en
la nueva arena política virtual, parece ser el camino más sensato. [3]
[1] Para mayor contexto político y
económico del Uruguay en los últimos años, recomiendo Pérez y Piñeiro (2016) y
Bogliaccini y Queriolo (2017).
[2] La
búsqueda se hizo bajo distintos patrones. Para el análisis se optó por el
patrón de búsqueda más completo: " productores+asamblea OR conflicto+campo
OR agro+durazno OR campo+durazno OR asamblea+durazno OR reclamos+agro OR
reclamos+campo OR agropalooza"
[3] El
autor agradece a Rafael Piñeiro y a diversos usuarios de Twitter por sus comentarios y sugerencias a versiones
previas de la nota.