jueves, 29 de septiembre de 2011

Será solo un rumor...


Cuando llegué a la edad de ir a la Escuela, mis padres decidieron enviarme a una escuela pública, como es tradición (o era) en Uruguay, y además porque sus bolsillos no podían pagar una privada.

Mi madre trabajaba como empleada de una pequeña boutique de ropa de mujer en el centro de Maldonado, donde sabía muchas de las cosas que se decían sobre las escuelas públicas. Mis padres decidieron que iría a la Escuela 2 "José Pedro Varela", pero para hacerlo debíamos mentir sobre nuestro domicilio (en Uruguay a uno le asignan su escuela segun donde vive). Así se hizo y por años mentí sobre donde vivía hasta que en 6to año (el final), la Directora de la Escuela planteó el problema de chicos que venían de "otros lados que no les correspondía" en mi clase, y yo (en un ataque de sinceridad) dije la verdad. La directora me acusó de ser "el ejemplo del problema de la Escuela", pero finalmente completé mis estudios, pues ya era demasiado tarde para echarme. El hecho fue medio traumático para mí, pero la elección de la Escuela fue correcta. La elección se dió en parte gracias a esas conversaciones que mi madre tenía con sus clientes, así como posiblemente en que la escuela estaba en el centro de Maldonado. Eso habilitaba un ambiente determinado, e incentivos para estudiar y hacer cosas, que de otra forma yo no hubiera hecho, y fueron claves para mi vida actual.


¿Que elementos tienen hoy padres y madres, para elegir donde enviar a sus hijos? ¿ Que pueden hacer, en caso que piensen que su escuela está haciendo las cosas de forma inapropiada? En un artículo que saldrá en la próxima Revista Uruguaya de Ciencia Política, quien escribe y Pablo Landoni analizamos el problema del acceso a la información pública y la rendición de cuentas (accountability) en el sistema educativo uruguayo, básicamente en virtud de las reformas promovidas tanto en materia de acceso a la información pública y la nueva ley general de educación. De ese artículo me interesan resaltar dos asuntos: él diseño institucional en materia de evaluación de políticas educativas ( o sea quien dice cómo se evalúa)creado por la ley y por otra parte la información que se encuentra accesible o no para que el público pueda participar en la educación.

La ley de Educación crea un Instituto Nacional de Evaluación Educativa para educación primaria y media el cual en principio está integrado por representantes de la ANEP, UDELAR y uno de la educación privada. El proceso de designación queda básicamente en manos del Poder Ejecutivo. Sobre este punto, algo llamativo (expresado en el artículo) es la ausencia de participación de representantes de los "evaluados". Es decir en ningún momento padres o alumnos parecen tener voz en este Instituto, lo cual lesiona seriamente cualquier intento de ejercer voz en un proceso delicado, como es la evaluación y ejercer lo que se ha dado en llamar rendición de cuentas social (o social accountability).


Además el proceso de designación no está marcado por ningun contralor que asegure cierto consenso en el nombramiento de personas a cargo y control democrático sobre este Instituto. No tener en cuenta este principio genera problemas serios para que la nueva institución por un lado genere consensos en temas espinosos, y por otro lado incluya a quienes serán objeto de evaluación. Luego de escrito el artículo observé que, ni lentos ni perezoso, algún partido político también querían representación en el nuevo instituto, pero la voz de los usuarios, parece no estar en el mapa de problemas, ni como se designan los miembros del futuro instituto tampoco.

El segundo punto tiene que ver con el artículo 116 de la ley de educación que establece en su parte final "La política de difusión de esta información resguardará la identidad de los educandos, docentes e instituciones educativas, a fin de evitar cualquier forma de estigmatización y discriminación".


Aparentemente el diseño de la ley busca prevenir que se diga que determinadas escuelas o liceos rinden peor que otras, y que consecuentemente se estigmatize a estas últimas. Si bien el fin último de no estigmatizar parece loable, no parece ser la mejor forma limitando el flujo de información sobre las entidades educativas (barriendo bajo la alfombra) sino enfrentando que existen problemas, y sobre todo dando información relevante para que quienes son los interesados (estudiantes y padres) puedan ayudar a cambiar la situación mediante su participación. Cuanto más información hay, es más fácil para los actores tomar decisiones. Si bien el artículo es básicamente teórico, encontramos evidencia inicial de dos cosas: a) que los medios informales y la prensa siguen siendo determinantes para obtener información sobre los centros educativos, lo que genera que no todos tengan la misma información b) que las instituciones educativas no cumplen con la entrega de información detallada como deberían conforme a sus obligaciones de transparencia activa. Consecuentemente, quienes trabajan en esta área ( y los "sujetos evaluados") andan a tientas.



En tiempos donde se discute la educación, tal vez sea buena cosa pensar la paradoja de permitir que un grupo de personas que nadie eligió, ni nadie puede controlar, administrar datos que pueden ser claves para que quienes asistan a las escuelas públicas puedan participar y mejorarlas con información en la mano. En lo personal no querría ver la creación de rankings como estos , pero posiblemente ayudaría la creación de sitios web como este donde la gente puede compartir su experiencia en las escuelas. Para eso se precisa información. Cubrir información sobre centros educativos no va a eliminar la estigmatización y la discriminación, ni siquiera el problema se va a atenuar. Discutir cómo se evalua, que criterios se usan y que contexto es otro problema, distinto, al de proveer información básica

Resta ver como se implementa finalmente el instituto pero el panorama no es promisorio. Deberíamos poder contar con más información sobre nuestro sistema educativo, para evitar que la elección y el control que los principales interesados tengan del mismo, sea en el fondo un secreto a voces, un rumor, de esos que se encuentran en boutiques, y donde solo algunos, bien informados, pueden escucharlos.




*La foto fue tomada de Flickr, de una escuela inglesa de principios de Siglo

6 comentarios:

  1. Me perdi un poco con la nota. De que sirve tener mas informacion si de ultima tus chances de ir a una escuela u otra dependen de tu lugar residencia? O sea, a mi me gustaria mucho que mis hijos fueran a algunas de las escuelas publicas que estan en los barrios mas afluentes de Montevideo, pero yo no los puedo mandar ahi porque no serian admitidos. Dicho de otra forma, sin la posibilidad de eleccion de los centros educativos, tener mas informacion sobre que escuela es mejor que otra, no va a solucionar el problema de fondo... o al menos es superficial al problema de fondo.

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  2. Coincido con el comentario anterior, pues no me queda claro como el uso de mas informacion puede afectar la seleccion de lugares si las posibilidades de ir a una escuela o a otra esta depende de donde vivis. De seguro es mejor tener mas informacion sobre los centros pero es algo con poco uso efectivo si es el caso que existe esa restriccion geografica. Saludos, Luciano

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  3. Hola Luciano y Anónimo, gracias por sus comentarios

    Voy por partes

    Anónimo: Siguiendo el ejemplo, quienes van a escuelas de zonas afluentes de Montevideo, tendrían mejor educación. La cuestión es que en la situación actual, ni usted ni yo lo podríamos saber. Tal vez, puede que no sean tan más o mejor educados, que los de otros barrios o zonas. Por otro lado, el conocer la situación nos permitiría argumentar como el sistema tiene o no que ser modificado, por ejemplo para permitir la elección de centros educativos, y calcular los posibles efectos de esto. Dicho de otra forma, saber, es en principio una condición necesaria, pero no suficiente para que se mejore. No creo, que eso sea superficial, en realidad qué la información sea abierta, puede cambiar la conducta de todos los actores. En el caso puntual del Reino Unido, donde no existe posibilidad de elegir, la información sirve, para denunciar un sistema brutalmente desigual, aún dentro de su educación pública. Pero al menos, ellos lo ven.
    Luciano: Siguiendo con la respuesta, en términos de Hirschman, salida y elección no son las únicas opciones. El permanecer (loyalty) más no sea obligado, requiere de mayor información para poder cambiar las cosas, dentro del centro educativo, y en la relación con el poder central. Una Comisión de padres informada sobre lo que pasa en otras escuelas y en la suya, por ejemplo, es muy distinta, a una que no está informada de ella.

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  4. Estimado Scrollini,
    Si la ley de educación va a resguardar la identidad de los centros evaluados, vamos a seguir, en definitiva, jugando al solitario. ¿De qué nos sirve tener mas información, si no vamos a saber cuales son las instituciones a las cuales debemos brindar mas apoyo y recursos a fin de lograr un sitema educativo equitativo y solidario?. Resumiendo tendremos un monton de informacion para golpearnos el pecho y decir una vez más a los cuatro vientos cuán injusta es nuestra sociedad. Pero no vamos a poder hacer nada al respecto -ya sea como padres, políticos o civiles- porque no tendremos forma de detectar cuales presentan problematicas a resolver de forma urgente. Entiendo como usted dice que esto es un primer gran paso y si bien estoy segura de que el espíritud de la ley va mucho mas allá de lo que quedó plasmado en palabras, espero con ansías reformas juridicas al respecto. Saludos,

    Zuzane RelaM
    zuzanerelam@hotmail.com

    p.d: me quedé colgada con el comentario al inicio del artículo ¿Será que la directora de la Esacuela 2 no se animó a retirarlo de las aulas por vislumbrar en usted una especie michael collins fernandino? Desde ya lo aplaudo por apostar a la transparecia desde la infancia jejeje!!.

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  5. Hola quería aclarar una cosa con respecto a la ley de educación, aprobada en 2008, y el acceso a la información por centro educativo.
    La ley establece que la información que produce la ANEP sobre resultados educativos, tasa de repetición y rezago, etc., no puede divulgarse desagregada por centro educativo (aunque sí por departamento o por nivel, como se puede apreciar en el monitor de primaria y el monitor liceal disponibles en la web de cada consejo), y justifica esa disposición en la necesidad de evitar estigmatizaciones. Sin embargo los datos por centro educativo sí están disponibles de un modo mucho más abierto de lo que se cree.
    Esa información puede ser solicitada por los distintos protagonistas de un centro educativo. ¿quiénes son éstos? los inspectores, los directores, los profesores y maestros de cada centro, los administrativos, y también los consejos de participación.
    Estos consejos fueron creados por la ley de educación y en ellos participan los miembros de la comunidad educativa de cada centro: alumnos, padres, "referentes de la comunidad", además de los docentes, la dirección del centro y sus funcionarios no docentes. Son algo así como las tradicionales comisiones de fomento y APAL (aunque no sustituyen estos otros espacios), pero con competencias más amplias.
    EN el marco del consejo de participación de cada escuela, escuela técnica o liceo, los padres y alumnos pueden pedir a la dirección del centro distinto tipo de datos, por ejemplo, qué porcentaje de ausentismo docente hay en ese centro, incluso cuáles son los docentes que más faltan, cuáles son los porcentajes de abandono en los distintos años, etc., y trabajarlos como comunidad educativa en miras a la construcción de un proyecto de centro.
    Este tipo de iniciativas está siendo estimulada desde la ANEP en una de sus líneas estratégicas que apunta a fomentar "el protagonismo de los centros educativos" (que es distinto a la llamada autonomía de los centros), de modo de que desde la propia comunidad educativa se puedan crear propuestas que logren mejorar los resultados y el clima educativo del centro.
    Lo que la ley trata de evitar no es el involucramiento de los padres en la gestión de los centros a los que mandan a sus hijos. Todo lo contrario. Lo que se trata de evitar es que todos hagan lo que hicieron los padres de Fabrizio. Si bien la decisión familiar o individual (tratar de mandar a los hijos a la escuela de más prestigio) es entendible, si todos los padres hacen lo mismo, solo vamos a lograr que aquel sueño vareliano de que se sienten en el mismo banco el hijo del estanciero y el del peón, desaparezca completamente. ya sé que me van a decir que esto pasa por otros motivos (sobre todo porque la ciudad ya está fragmentada por nivel socioeconómico) pero aún en algunos barrios y sobre todo en el interior del país, se da eso de que los sectores medios mandan a sus hijos a las mismas escuelas que los sectores más pobres. y así como los padres eligen donde mandar a sus hijos, los docentes también eligen donde quieren trabajar. Sobre todo en la educación media. Cada vez son menos los docentes que eligen trabajar en liceos de contexto critico. Pongo un ejemplo. En el prado los docentes si pueden eligen no trabajar en el Liceo 18 porque la mayoría del alumnado viene de los barrios más complicados y los grupos son realmente difíciles. Esto pasa porque los padres de clase media del Parque Posadas dejaron de enviar a sus hijos allí y prefieren mandarlos a otros centros "donde la cosa está menos brava", que no por casualidad además son los que tienen mejores docentes.
    No importa acá que está primero (si el huevo o la gallina) pero los contextos homogeneos nunca son buenos (ni entre los sectores menos favorecidos ni entre los más favorecidos), porque genera mayor desigualdad, desconocimiento y falta de consideración hacia el diferente, entre otras razones, y está bien que las autoridades se empeñen en evitarla.

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  6. Hola Zuzane y Anónimo: gracias por sus comentarios, disculpen la tardanza en responder.

    @Zuzane Información agregada comienza a existir, y eso es positivo, pero para que tenga alguna aplicación práctica necesitamos más detalle. Ignoro si la directora no me retiró por miedo en que me convirtiera en un Collins. Creo que fue más por pereza, que por otra cosa.

    @ Anónimo
    Es interesante que haya usuarios "calificados" que puedan solicitar información sobre los demás centros educativos, y que no todos podamos hacerlo. Según deduzco de la primera parte del comentario, mucha gente puede solicitar información, menos por ejemplo los interesados directos, (padres, alumnos) a menos que sea mediante el Consejo, donde alguno de sus representantes, debería estar. Me parece un mecanismo de solicitud y rendición de cuentas oblicuo y complicado (además de que para seguir teniendo las APAL...no sé...sigue siendo un diseño complicado). Si en la Escuela de Carrasco pueden saber sobre la Escuela del Cerro, no sería mejor que toda la sociedad tuviera esa información? En resumen yo creo que el secreto, como tal debería ser restringido a áreas bien delimitadas, y que por ejemplo las actas de inspección a escuelas y liceos deberían ser públicas.
    El segundo punto, plantea el dilema de lo que los gringos llaman el free rider, si todos hubieran hecho lo que mi madre y padre, el sistema no funcionaría. Estoy esencialmente de acuerdo, pero los free riders no aparecen de casualidad, sino por un set de incentivos determinados (es posible argumentar, que en el fondo siempre hay free riders,pero yo creo qué si los incentivos están bien alineados, el problema es muy menor). Si supieramos (formalmente) donde la cosa está brava y menos brava, podríamos poner incentivos para que los mejores docentes, trabajen en contextos críticos, por ejemplo habilitando más, dinero, recursos, incentivos, etc, para que puedan trabajar mejor en esos contextos. Los incentivos específicos deben ser necesariamente trabajados con los docentes y sus sindicatos obviamente.

    Cómo bien nota, el sueño vareliano, tal vez, fue solo un sueño, pues debajo de la túnica,y antes de ponérsela, la realidad ya era demasiado distinta, pero, me parece un ideal válido al que aspirar. Y la escuela 2 "josé pedro varela", gracias a varios "free riders" pudo parcialmente, vivir los estándares, del nombre que portaba.

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