jueves, 1 de diciembre de 2016

¿Es caro el boleto en Montevideo?



¿Bicicletas viajando en el 522?
"IMG_2791" por Antti T. Nissinen, bajo licencia CC BY 2.0.

El domingo 13 de noviembre se introdujo en Montevideo un precio diferencial para pagos en efectivo en viajes en ómnibus. Mientras que el precio de un viaje común abonado con tarjeta se mantuvo en $28, el precio del mismo viaje pago en efectivo subió a $30. Esta medida reavivó el debate sobre el precio del transporte público en Montevideo. Al referirse al tema en radio El Espectador, el intendente Daniel Martínez afirmó que el boleto en Montevideo “es un regalo” comparado con el precio del transporte público en las ciudades de Europa. El sitio UYCHECK dedicó un artículo a chequear dicha afirmación y mostró que el precio del transporte público en Montevideo (alrededor de 1 dólar) está muy por debajo del promedio europeo (alrededor de 2 dólares) y de un grupo de 13 ciudades de Estados Unidos (alrededor de 1,50 dólares). El artículo de UYCHECK también mostró que el boleto montevideano aparece a mitad de tabla en un grupo de 8 grandes ciudades Latinoamericanas. Si bien estos datos respaldan la afirmación del intendente Martínez, en este artículo sostendré que no constituyen evidencia concluyente sobre si el transporte colectivo en Montevideo es caro o barato y discutiré tres elementos que apuntan a que el boleto es caro para la calidad que se ofrece.

1 - Comparaciones difíciles

A pesar de que el boleto en Montevideo está por debajo del promedio de ciudades de Europa y de Estados Unidos y de varias ciudades Latinoamericanas, este tipo de comparaciones internacionales tienen varias dificultades. En primer lugar, el servicio que se adquiere varía enormemente según los distintos sistemas de transporte. Tanto las distancias recorridas, como el derecho a realizar trasbordos sin costos dentro del sistema, como la comodidad y los tiempos de viaje varían de tal manera entre ciudades que al fin de cuentas estamos comparando precios de servicios que poco tienen que ver unos con otros. En segundo lugar, el transporte público se encuentra fuertemente subsidiado en muchas ciudades. Por ejemplo, una fuente común de comparación para los montevideanos es lo barato del transporte público en Buenos Aires, ciudad donde existen enormes subsidios de parte del gobierno federal. Esto hace que las comparaciones no sean útiles en cuanto a identificar eficiencia del sistema versus magnitud de subsidios. Tercero, el costo laboral es uno de los componentes principales del precio del transporte público. El simple hecho de que los salarios son más altos en Europa, hace que proveer el mismo servicio cueste más en las ciudades europeas, independientemente de consideraciones de calidad y eficiencia. Por último, muchas ciudades cuentan con distintos regímenes de pago que permiten que quienes más usan el transporte público terminen pagando un precio por viaje mucho menor al que aparece en las comparaciones. Por ejemplo, en ciudades de Europa y Estados Unidos es común que los usuarios adquieran el derecho a realizar un número ilimitado de viajes a cambio de cierto monto fijo.

2 – El mismo servicio, más barato

Un primer sentido en el cual el boleto en Montevideo es caro es que el mismo servicio podría ofrecerse a un menor costo. A diferencia de lo que sucede en la mayoría de las ciudades de la comparación de UYCHECK, en muchos buses de Montevideo viaja un trabajador cuya función se ha vuelto crecientemente obsoleta a medida que más gente usa la tarjeta para pagar sus viajes: el guarda. Asimismo, cada tanto uno puede ver otros trabajadores, estos apostados en la calle y con una libretita en sus manos, cuya utilidad también se ha visto cuestionada con la introducción de tecnologías que permiten conocer en tiempo real la ubicación de los buses: los inspectores. Si bien la información sobre cuánto cuestan los guardas e inspectores no está desagregada, sí sabemos que en marzo de 2016 el gasto total en salarios y aportes representó el 72% del precio del boleto. Por tanto, los ahorros que puedan lograrse por la progresiva eliminación de los puestos de guarda e inspectores podrían ser muy significativos.  

3 - Más calidad por el mismo costo

Una segunda dimensión según la cual el boleto es caro es que Montevideo podría ofrecer un transporte público de mejor calidad sin incurrir en mayores costos monetarios. Una serie de mejoras de calidad tienen que ver con aprovechar la enorme cantidad de información que ya se genera sobre la localización en tiempo real de los buses y sobre el uso de la tarjeta. Por ejemplo, dicha información debiera permitir fiscalizar mejor que los buses cumplan con los horarios. Asimismo, la información debiera usarse para realizar una revisión sistemática de los recorridos y horarios de los buses, que datan de décadas atrás, para ajustarlos a las necesidades actuales de desplazamiento en la ciudad.

El sistema de buses de Montevideo tiene además dos grandes carencias de calidad en relación a los sistemas de transporte públicos de mejor calidad en el mundo. Avanzar en solucionar estas dos carencias no requiere aumentar significativamente el costo del transporte sino realizar mayores esfuerzos políticos e institucionales. Primero, si bien existe el nombre de Sistema de Transporte Metropolitano (STM), no existe una autoridad de transporte con alcance metropolitano y el sistema se restringe en buena medida a Montevideo. Segundo, la integración del sistema de buses con otros medios de transporte es escasa o nula. Por ejemplo, el área metropolitana de Montevideo cuenta con una línea férrea que conecta el centro de la ciudad con localidades metropolitanas importantes como La Paz, Las Piedras y Progreso. Sin embargo, dicha línea no está integrada al STM. Asimismo, podría pensarse en integrar el sistema de buses con el incipiente sistema de bicicletas públicas y con el uso de bicicletas en general. El STM entonces no es ni metropolitano ni de transporte, es de buses montevideanos.

4 – Parar la sangría                     

Por último, un elemento clave para entender que el sistema de buses en Montevideo está resultando caro para la calidad del servicio que brinda es que, en los últimos años, los montevideanos han “votado con los pies” y la venta de boletos viene en franca caída. Según datos de la intendencia, en 2015 se vendieron 15 millones menos de boletos que en 2009.(1) Mientras los ingresos de los hogares montevideanos han aumentado sustancialmente en la última década, la calidad del servicio no ha acompañado dicha mejora y los hogares optan por desplazarse en medios alternativos, notoriamente el auto. Asimismo, la caída de las ventas de boletos ha llevado a mayores subsidios e incrementos del precio, un camino que probablemente resulte insostenible en el tiempo.

Montevideo se encuentra en una encrucijada en términos de definir cómo será el transporte en la ciudad en las décadas que vienen. Si la ciudad sigue ofreciendo un transporte público caro para la calidad del servicio, los montevideanos continuarán eligiendo cada vez más viajar en auto y demandando avenidas más anchas y más puestos de estacionamiento. Si, como indican algunas medidas tomadas en los primeros 20 meses de la presente administración (2), las acciones de la intendencia se limitan a satisfacer esas demandas, habrá más viajes en auto, lo que traerá mayor congestión, con sus consecuencias de prolongación de tiempos de viaje para todos y aumento de la contaminación en la ciudad.




(1) Parte de esta caída se deberá seguramente a la introducción de los boletos de una y dos horas que permiten realizar varios viajes con un boleto. Sería bueno que la intendencia contara con una serie de viajes realizados y no solo boletos vendidos para tener mayor claridad sobre esto.


(2) Pienso por ejemplo en el subsidio a la construcción de estacionamientos y en los planes de ensanchamiento de varias avenidas. El punto no es que no haya que hacer esas obras, sino que esas obras incentivan el uso del automóvil, al tiempo que no se introducen mejoras en el transporte público.
 

9 comentarios:

  1. Muy bueno el artículo. Comparto la idea de que es muy dificil comparar estas cosas y que la conclusión de que Mvdeo tiene transporte "barato" en comparación internacional es bastante inocente.
    Un par de cosas para agregarle complejidad:
    Montevideo también tiene precios diferenciales y subsidios diferenciales: jubilados, pensionistas, estudiantes (escolares, liceales, universitarios) pagan todos distinto. Esto hay veces también pasa en otros lados (estudiantes y adultos mayores tienen pasajes bonificados en Londres por ejemplo).
    Una forma de comparación que me gusta usar es el peso del transporte en el ingreso de un ciudadano promedio.
    Por ejemplo, el salario mínimo en uruguay asciende a 11150 pesos; dos viajes en bus -pagos en efectivo- por dia en cuatro semanas da: 30*2*5*4=1200 pesos, lo que representa un 10.4% del salario minimo. En inglaterra el salario minimo es de 7.20 libras por hora, ergo 7.20*40*4=1152 en cuatro semanas. El viaje simple en bus sale 1.50 en londres, lo que implica 1.5*2*5*4=60 libras en cuatro semanas, un 5.2% del salario minimo. Vale decir, un trabajador que gane el sueldo minimo en Montevideo gasta alrededor del 10% de su sueldo solo en ir a trabajar, mientras que un tipo laburando a salario minimo en Londres gasta el 5% de su ingreso en ir.
    Mi propuesta es usar el salario minimo o el pbi per capita como indicadores de ingreso de algun tipo y ver el costo del transporte -tratando de abstraer de diferenciales de calidad- en términos de dicha medida de ingreso.

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    1. Habría que ver si los londinenses hacen uso solamente de un solo boleto para ir a trabajar, dado los problemas que tienen de vivienda y gentrificación. En Mdeo el boleto de una hora permite recorrer mayores distancias al mismo precio, por lo que es un factor que también debe ser tenido en cuenta.

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    2. de acuerdo. en londres al momento la tarifa de bus por 1.50 permite tomar otro bus hasta una hora despues de subir al primero. el pase del mes (buses y tranvias ilimitados) sale 81.50 (aprox 7% del salario minimo)

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    3. Hola Matías y Anónimo,
      Justamente, por todo ese tipo de elementos que entran a jugar cuando uno quiere tratar de comparar distintos sistemas, me incliné por usar "otro tipo" de argumentos. Básicamente, mi idea es que es más útil pensar qué se podría mejorar en el STM y cómo los consumidores no lo están eligiendo, que entrar en difíciles comparaciones internacionales. Saludos

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  2. Guille, bien por el artículo. Algunos comentarios.
    Pare ver el costo de los salarios debería compararse los salarios en el Sistema y no una comparación general de salarios según País. Si hacemos esa comparación deberíamos comparar también otros costos. Combustible, impuestos, amortización de los buses, repuestos, costo de los arreglos...
    Debería tenerse en cuenta el nivel de concentración de la ciudad de la que hablamos. Una de las justificaciones comúnmente utilizada para explicar costos es que la ciudad se extendió mucho sin aumentar mucho la población. Por lo tanto densidad más baja genera más kilómetros por boleto vendido.
    Comparar costo boleto/ingreso nos puede decir algo sobre la pobreza del país, o sobre la importancia relativa del transporte en comparación con otros gastos tanto como si el transporte es más barato o más caro entre países.


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    1. Hola Ale (qué Ale será?),

      Como decía en el comentario anterior, uno tiene que entrar a tener en cuenta tanta cosa cuando analiza las comparaciones internacionales, que por eso elegí usar otra perspectiva: señalar cosas (bastante obvias) que hay para mejorar y cómo la gente parece estar optando por otras modalidades de transporte.

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  3. Hola Guillermo, muy buena la nota.

    Sobre tu último punto, acerca de la disyuntiva entre mejorar el servicio o "ensanchar avenidas y agregar lugares de estacionamiento", promoviendo así mayor demanda y nuevas congestiones de tránsito (además de afear la ciudad), creo que MEF e IMM dieron una señal importante ésta semana: http://www.elobservador.com.uy/daran-exenciones-impositivas-construir-nuevos-estacionamientos-n711867

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  4. El artículo aporta pero...
    Algunas coincidencias que no menciono.
    Algunas discrepancias que sí.

    - en el punto 1, la referencia al subsidio cambia el sentido de la nota (¿Es caro el boleto en Montevideo?) por si la relación entre precio final y subsidio es adecuada o no. Parece ser otro tema que requiere otro análisis.

    - en el punto 2, parecería que el atributo "caro" se asocia a "podría ser más barato". Pero no es correcto. Si voy al supermercado y las manzanas están a $ 95 el kg, eso puede ser caro o no con independencia de a cuánto "podría" venderse.

    - en el mismo punto, la frase "Por tanto, los ahorros que puedan lograrse por la progresiva eliminación de los puestos de guarda e inspectores podrían ser muy significativos." no se explica, por cuanto ese proceso notoriamente ya comenzó y hace años. Con buen resultado: el boleto ha aumentado menos que la inflación.

    - de igual modo en el punto 3 parece determinarse si algo es caro o no, según la calidad que "podría" alcanzar. Pero esas manzanas son caras o no lo son, independientemente de cuánto mejores "pudieran" ser: lo que importa es la calidad que tienen en el momento que las compro y allí decido si son caras o no.

    - el mismo punto 3 finaliza con "El STM entonces no es ni metropolitano ni de transporte, es de buses montevideanos." lo cual es correcto pero es bueno tener en cuenta que cuando el STM se creó (lo cual tiene pocos años) se hizo, en su diseño, previendo la incorporación de otros medios de transporte. Para este año está prevista la incorporación de los taxis (es posible que al redactar la nota Guillermo no lo supiera). Y el sistema MOVETE de bicicletas públicas utiliza la tarjeta STM.

    - en el punto 4 se indica que los montevideanos han "votado con los pies" abandonando el sistema de tranporte. Es innegable que hay más autos, pero antes que suponer que eso sea un voto, creo que es el reflejo de la mayor posibilidad de acceder a autos que tienen los uruayos. En cualquier época en que se hubieran dado esas condiciones habría ocurrido lo mismo, con independencia del precio del boleto. Pero de ninguna forma creo que eso sea lo que explica la baja en la venta de boletos. Por un lado, cada vez más trámites se pueden hacer en el propio barrio o cerca de donde uno se encuentre, sin necesidad de trasladarse. No solamente me refiero a los trámites por internet: también podemos comprar entradas para el cine o teatro, o hacer un pago en la red de cobranza, o cobrar la jubilación en un cajero automático, etc. etc. La descentralización no solamente refiere a las oficinas de gobierno, también los centros asistenciales públicos y privados permiten que uno pueda ir a una consulta o a buscar un medicamento sin tener que agregar el viaje en bus. El teletrabajo se extiende cada vez más. En fin hay innumerables elementos que llevan a la baja en la venta de boletos. Lo del voto con los pies no se sustenta.

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    1. Muchas gracias Adrián por los comentarios.

      Concuerdo en que el análisis de cuánto debería ser el subsidio es bien relevante y es para otra nota. Mi argumento en ese primer punto es que las comparaciones internacionales sobre precios de venta al público de boletos no son muy informativas, en parte por la existencia de subsidios dispares.

      Me parece que la comparación del boleto con el precio de la manzana tal vez no sea la mejor. Porque el estado tiene un rol en incidir en costos, calidad y precio del boleto, algo que no sucede en el caso de las ricas manzanas.

      Efectivamente, creo que hubiera sido bueno que la nota mencionara que el número de guardas se ha reducido y cómo eso habrá disminuido costos. Ahora, por esto mismo, es que todos nos preguntamos ¿cómo es posible que por estos días haya tantos guardas jovencísimos? Justo ahora que la generalización de la tarjeta hace menos necesarios estos puestos! En el mismo sentido, cabe preguntarse ¿cuál es el plan actual para la disminución del número de guardas? ¿existe uno?

      En cuanto a las razones de la caída del boleto, las hipótesis son varias. Respecto a la que tu señalás, hay que considerar que hay mucho más ingreso, empleo, más consumo y eso genera más demanda de transporte, no menos. Habría que ver los datos para saber si la gente se está moviendo menos. Me parece poco probable.

      Por otro lado, tengamos en cuenta que hay ciudades de países ricos con muchos autos y poco transporte público, otras con mucho transporte público y bicis, etc. O sea, no necesariamente que la gente tenga mayores ingresos debe llevar a mayor uso del automóvil. Hay distintos modelos y hay que elegir. ¿qué camino está eligiendo Montevideo?

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